El Gobierno español felicita al perdedor y al ganador
El Gobierno español se congratuló ayer del desarrollo de los comicios venezolanos y, por boca del ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, felicitó tanto al ganador, Hugo Chávez, como a su rival, el opositor Manuel Rosales, por haber aceptado su derrota. Al mismo tiempo, los principales partidos mostraron su preocupación por la reforma constitucional anunciada por Chávez para instaurar la "reelección indefinida" y llamaron al líder venezolano a contar con la oposición.
Desde Bruselas, Moratinos expresó "la satisfacción del Gobierno por el desarrollo de las elecciones, el clima de transparencia y la masiva participación". No tan convencidos se mostraron los partidos de oposición, que recordaron la negativa venezolana a que una delegación parlamentaria española participara como observadora en las elecciones.
El portavoz de Exteriores del PSOE, Rafael Estrella, confió en que Chávez "sepa administrar su triunfo y contar con la oposición". Chávez, recordó Estrella, ha obtenido una "clara victoria", pero la oposición, "que estaba desunida y que no se había presentado a los últimos comicios legislativos", ha sido capaz de lograr casi el 40% de los sufragios.
El portavoz socialista confió en que Chávez no lleve a cabo la anunciada reforma constitucional para permitir la reelección indefinida, y que construya "un nuevo clima político", garantice "la separación de poderes" y fortalezca las instituciones, "cuyas fronteras con el poder político son difusas".
Perpetuarse en el poder
Ese mismo deseo expresó el portavoz popular, Gustavo de Arístegui, que se hizo eco del temor de su partido a que Chávez intente perpetuarse en el poder y convertir a Venezuela en una dictadura. El primer discurso de Chávez ha "desasosegado" también a Iñaki Anasagasti, senador del Partido Nacionalista Vasco, que lamentó que Chávez haya puesto a Cuba, "ejemplo de todo menos de democracia, defensa de los derechos humanos y libertad de expresión", como modelo de lo que quiere para Venezuela.
Anasagasti explicó el triunfo de Chávez porque "ha repartido riqueza sin crearla". "El secreto de Chávez es el petróleo, la demagogia y el populismo. Eso tiene unos réditos inmediatos, pero veremos cuánto le duran".
Sólo Gaspar Llamazares, de IU, alabó sin paliativos la "enésima victoria" de Hugo Chávez, y pidió al Gobierno que ponga fin "a esa doctrina" de dividir entre "izquierdas buenas e izquierdas malas" en Latinoamérica. "El Gobierno debería hacérselo mirar", dijo.
