Rajoy exige a Zapatero que vuelva al "primero la paz y luego la política"

Mariano Rajoy aprovechó ayer su primer mitin en el País Vasco desde que ETA declaró el alto el fuego para tratar de devolver a José Luis Rodríguez Zapatero la responsabilidad por la ruptura del consenso entre los dos grandes partidos, que el presidente del Gobierno había lanzado por la mañana, en Barcelona, sobre el líder de la oposición. Zapatero había invitado a Rajoy a apoyarle, y Rajoy le respondió con su condición: que interrumpa el "proceso de negociación política", que no de paz, y vuelva a la idea que el propio presidente expresó en el Congreso: "Primero la paz y luego la política".

El líder de la oposición, cuyo entorno estaba ayer visiblemente satisfecho por el resultado de la última encuesta del CIS -a pesar de la mala valoración de Rajoy, el PP se acerca al PSOE-, no quiso suavizar la dureza de sus declaraciones contra Zapatero a pesar de estar en el País Vasco, donde su partido ocupa una posición mucho menos relevante, como tercera fuerza, de lo que le corresponde a nivel nacional. Además, se cuidó de que su primera visita fuera a un territorio amigo: por la mañana, las bodegas de Marqués de Riscal en Elciego y comida en Laguardia, en la Rioja Alavesa, donde el PP tiene un fuerte apoyo, y por la tarde mitin en Vitoria, con alcalde de este partido, al que acudieron unas 400 personas. A la entrada había carteles que invitaban a los militantes a participar en la "rebelión cívica", como definen la manifestación contra el proceso que ha convocado la AVT en Madrid

"No es una situación normal aquella en la que se está negociando de política con unos terroristas y mientras tanto se insulta a las víctimas, se presiona a los jueces y se le echa la culpa de todo lo que está pasando al principal partido de la oposición, al PP", sentenció Rajoy.

Preguntado por la mañana sobre la aparente incongruencia de que el PP critique a Zapatero por ceder ante ETA y la propia banda hable de un proceso bloqueado porque el Gobierno no le da lo que pide, Rajoy se limitó a sentenciar: "No lo sé, es probable que no hayan cedido el 100% de lo que pide Batasuna, pero no es discutible que hay un proceso de negociación política, y ésa es la cesión más clara".

El PP ha mostrado en las últimas semanas un interés especial por combatir el mensaje socialista de que es el PP quien ha roto el consenso por intereses partidistas. Por eso Rajoy abrió ayer la puerta a un acuerdo con Zapatero, pero siempre que rectifique en todo. Y además justificó su oposición al proceso: "Es muy difícil que pueda haber un proceso de paz cuando una de las partes se está rearmando", advirtió para subrayar después: "Seguimos esperando una declaración de ETA hablando de una renuncia definitiva de la violencia". Añadió que Zapatero "lleva ocho meses huyendo de la realidad" y no se da cuenta de que "ETA no quiere la paz".

Todos los demás oradores le dejaron clara una idea a Rajoy: el PP vasco, que ha sufrido en los últimos años tantas muertes y presiones como los socialistas, no está dispuesto a que "toda la lucha en defensa de la unidad de España" quede en nada y no aceptará "que ETA-Batasuna vuelva a los ayuntamientos y a las instituciones".

Por la mañana, en Barcelona, el presidente del Gobierno había vuelto a mostrarse convencido de que el proceso para el final de ETA "merece la pena", aunque subrayó que para afrontarlo con garantías hay que "prescindir de toda tentación partidista", informa Miquel Noguer. En una intervención en el foro Tribuna Barcelona, Zapatero admitió que el "intento" para lograr la paz es "difícil" y que exige "coraje, precaución y un irrenunciable compromiso democrático", y volvió a llamar a la colaboración del Partido Popular reiterando que "merece el apoyo de todos los partidos".