Los demócratas no bloquearán a Bush el presupuesto de guerra
El jefe del Mando Central rechaza fijar plazos para la retirada de las tropas de Irak
Los demócratas no usarán su ajustada mayoría para cortar el grifo económico del despliegue militar en Irak, según Harry Reid, nuevo líder del Senado, pero sí abrirán la vía de las audiencias y los debates sobre la guerra y la posguerra, y presionarán a favor de un calendario de retirada por fases de las tropas. Eso puede chocar con los militares: en el Senado, el general John Abizaid, jefe del Mando Central, pidió ayer "flexibilidad" para manejar las tropas y transferir la responsabilidad a los iraquíes, y dijo, por si no quedaba claro, que "los calendarios limitan la flexibilidad".
El conflicto está ya planteado. El próximo presidente del Comité de las Fuerzas Armadas, Carl Levin, reiteró su opinión de que la Casa Blanca debe comunicar a Bagdad que el repliegue empezará a mediados de 2007: "La única manera de que se enfrenten a la realidad es que el presidente Bush les diga que EE UU va a empezar un repliegue por fases de aquí a cuatro o seis meses". Abizaid, que afirmó que "el statu quo en Irak no es aceptable", pero se declaró "optimista" sobre las posibilidades de que EE UU "consiga estabilizar Irak", se mostró partidario de mantener el actual nivel de tropas, en torno a 140.000 soldados, y dijo que sólo debería aumentarse este número "temporalmente" para reforzar los equipos que entrenan al Ejército iraquí.
El senador John McCain, partidario de una presencia militar mucho más robusta, no lo entendió: ¿Por qué no enviar más tropas "si parte del país no está bajo control"? Abizaid se lo explicó así: "He hablado con todos y cada uno de los mandos y les he preguntado si creían que un incremento en el número de tropas mejoraría la eficacia de nuestra labor. Todos me han dicho que no". ¿Por qué? "Porque queremos que los iraquíes hagan más de lo que hacen; porque un elevado número de soldados norteamericanos evita que los iraquíes asuman más responsabilidades".
Harry Reid declaró a The Washington Post que los demócratas no se opondrán al presupuesto de 75.000 millones de dólares para el Ejército en Irak, pero añadió que su partido tiene que responder a la preocupación popular sobre la guerra con sesiones públicas de debate y que los demócratas son partidarios de que se convoque una conferencia internacional sobre Oriente Próximo para relanzar la reconstrucción económica de Irak. Reid también llamó la atención sobre los seis soldados muertos en las últimas horas. "El presidente no entiende la urgencia de cambiar de rumbo; sigue hablando de victoria en Irak, y yo ya no sé qué significa eso. Sólo sé que lo que estamos haciendo ahora no funciona".
El debate sobre qué hacer en Irak se realiza a varias bandas: por una parte, y aunque no se ha anunciado públicamente, la Casa Blanca dio el lunes la orden a todas las agencias de seguridad de "valorar la situación en Irak, revisar las opciones y hacer recomendaciones", según un alto funcionario citado por el Post. El Pentágono empezó una revisión militar el pasado 25 de septiembre; en tercer lugar, el Grupo de Estudios de Irak trabaja desde primavera sobre las vías para desatascar el conflicto, y se espera que dé a conocer sus recomendaciones en diciembre.
Y en cuarto lugar, los demócratas necesitan debatir su estrategia, porque es público que tienen opiniones variadas sobre Irak. Según un sondeo de Ipsos y AP, el 57% de los votantes creen que los demócratas no tienen un plan para Irak, frente al 29% que dicen lo contrario. El 37% considera que la guerra debería ser la prioridad del Congreso en los próximos dos años. En cuanto a la cohabitación, el 47% cree que la Casa Blanca y el Capitolio podrán trabajar juntos, pero el 51% opina que no.
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