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Reportaje:

El Gobierno alemán pide a E.ON que explique el apagón

Italia propone una autoridad europea de energía para evitar colapsos eléctricos en el futuro

El apagón originado en Alemania en la noche del sábado, que afectó a millones de personas en nueve países europeos, estuvo a punto de generalizarse a toda Europa y de causar así una "catástrofe mediana", según declaró a este periódico el directivo de la francesa Red de Transporte de Electricidad (RTE), Pierre Bornard. El Gobierno alemán pidió explicaciones a la eléctrica E.ON, que reconoció en un comunicado que el apagón podría estar relacionado con una interrupción del suministro en una de sus redes de alto voltaje. La avería en la interconexión de suministro eléctrico entre Alemania y Francia reveló de nuevo las carencias de las infraestructuras energéticas europeas y la fuerte dependencia internacional de sus redes.

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Bornard explicó ayer que el apagón se debió a una reacción en cadena originada en la red alemana de distribución, cuyo mal funcionamiento arrastró al resto de redes europeas "como colapsa un castillo de naipes". El directivo aclaró que los ordenadores que controlan la seguridad en las redes desconectaron el suministro para prevenir sobrecargas y evitar males mayores.

El presidente de la distribuidora francesa André Merlin calculó en una rueda de prensa que el número total de afectados en Europa asciende por lo menos a 10 millones y explicó que se desconocen datos precisos de países del Magreb que pudieron verse afectados. Según Merlin, los países que sufrieron el apagón en Europa fueron Alemania, Austria, Bélgica Croacia, España, Francia, Holanda, Italia y Portugal. El presidente de RTE aprovechó para abogar por la creación de un centro europeo para la coordinación del transporte de energía que impida en el futuro sucesos similares. El primer ministro italiano, Romano Prodi, fue más allá y propuso una autoridad europea común para la energía.

Una de las hipótesis que se barajan sobre la causa última de la interrupción es la desconexión por parte del consorcio energético E.ON de una línea de 380.000 voltios sobre el río Ems, en el norte de Alemania, para permitir la navegación del barco de pasajeros Norwegian Pearl. La propia empresa reconoció ayer en una nota de prensa la "posible relación" entre este hecho y la sobrecarga de energía que dio al traste con la provisión eléctrica en amplias zonas de Europa. Los portavoces de E.ON no ofrecieron declaraciones adicionales ni se pronunciaron sobre la responsabilidad del corte.

Joachim Neuser, portavoz del Ministerio de Economía del Estado federado de Renania del Norte-Westfalia, declaró ayer que la avería pudo deberse además al proceso de introducción de energía eólica en las redes eléctricas. Neuser afirmó que "es posible" que se cometieran fallos en la regulación del fluido necesaria para introducir en el tendido general la electricidad generada en los molinos de viento y "se contribuyera" de este modo al apagón.

De acuerdo con fuentes de Red Eléctrica de España (REE), la noche del sábado se quedaron sin luz poblaciones de Madrid, Cataluña, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana. El norte de Italia también sufrió cortes, así como la región belga de Flandes y, según algunas informaciones, parte de Marruecos.

El abastecimiento eléctrico en Alemania cesó por unas horas en seis Estados federados, lo que afectó a varios millones de habitantes, mientras que en Austria se registraron cortes más breves en 1.800 hogares según la televisión pública ORF, y afectaron de forma más leve a 53.000, según otras fuentes.

La peor parte se la llevó Francia, donde el apagón afectó a cinco millones de personas en al menos 15 regiones, según los bomberos. Los habitantes de amplias zonas de París tuvieron que encender velas en la noche del sábado.

Piedra de escándalo en Alemania fueron las declaraciones de un portavoz de la suministradora eléctrica renana RWE que calificó lo ocurrido de "poco serio", afirmó que la avería fue cosa de media hora y descartó que fuera necesario adoptar nuevas medidas de prevención.

No fue tan benévolo el ministro alemán de Economía y Tecnología, Michael Glos. El socialcristiano criticó ayer con gran dureza a las eléctricas alemanas por el apagón y pidió explicaciones a E.ON. Glos afirmó que estos incidentes "no son sólo un engorro para los usuarios, sino que representan además un riesgo considerable para la economía". El ministro añadió que espera que E.ON aclare los hechos y exponga "sin ambages" la causa del apagón.

Por su parte, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, ministro de Medio Ambiente, emplazó a las empresas del sector a que inviertan "sus grandes beneficios en mejorar las redes eléctricas". Gabriel pide que se modernicen sin demora los tendidos de alta tensión obsoletos y se aseguren las redes con nuevas líneas de distribución.

No es éste el primer apagón grave sucedido en Europa en los últimos años. Francia ya sufrió uno en 1999, y 57 millones de italianos se quedaron a oscuras en septiembre de 2003 a causa de desperfectos en la red y a la escasez en del suministro.

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