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Reportaje:

Cómo una escuela rural llegó a modificar los Presupuestos del Estado

Premiado un original proyecto para rescatar el cultivo de la cochinilla en Lanzarote

Un proyecto para rescatar el cultivo de la cochinilla, elaborado por una pequeña escuela rural de Mala, (Haría) localidad ubicada al norte de la isla de Lanzarote, ha sido reconocido, este fin de semana, como una de las mejores iniciativas educativas de las Islas por el Consejo Escolar de Canarias.

La cochinilla es un insecto base para la elaboración de tintes naturales según un sistema tradicional que tiene más de 2000 años.

Para Chana Perera, directora y maestra de esta diminuta escuela unitaria de Mala denominada Las Mercedes, que cuenta con 2 profesores y tres especialistas, y sólo 21 alumnos de entre 3 a 12 años, "era imposible imaginar que una propuesta que partía de este pequeño centro, pudiera llegar a modificar los Presupuestos del Estado del 2006".

El proyecto implica a los cultivadores de cochinilla, las familias y los ayuntamientos

El enorme interés del proyecto denominado "Estudio Socioeconómico y Cultural del Pueblo de Mala: Rescate del cultivo de la cochinilla y sus derivados" asesorado por el Proyecto Atlántida, provocó que a finales del año pasado todos los grupos políticos parlamentarios aprobaran por unanimidad en Madrid, una partida de 300.000 euros para apoyar el rescate del cultivo de la cochinilla y crear un Centro de Interpretación.

"La iniciativa ahora premiada tuvo su comienzo en el curso 2003-04 y surgió dentro de las campañas y los procesos de construcción de la ciudadanía del Proyecto Atlántida, desde el eje escuela, familia y municipio, junto a la Confederación y la Federación de Padres de Lanzarote (FAPA), el ayuntamiento de Haría y la Consejería de Educación", afirma Florencio Luengo, coordinador del Proyecto Atlántida, grupo de innovación estatal, surgido en Canarias.

"Meter la vida en la escuela y sacar la escuela a la vida", es el principio que quiere desplegar Atlántida con diversos proyectos repartidos por toda España ( Coria, Cijara, Torreperogil, Azuqueca de Henares, La Orotava Alta, Los Sauces-Barlovento, Breña Alta...), del que el de Mala se ha convertido en un faro en red. "Se trata", añade, "de apoyar experiencias para frenar la desmotivación del alumnado, la angustia del profesorado, y rescatar el valor social de la educación, colocándola como un eje vertebrador de lo que ocurre a su alrededor, de forma que ayude a conseguir los nuevos valores y aprendizajes de ciudadanía".

En Lanzarote, donde el impacto del desarrollo turístico ha implicado que muchas zonas hayan perdido completamente su idiosincrasia, el proyecto de Mala da un giro a esta tendencia. Los alumnos recuperan en la escuela el cultivo de la cochinilla un insecto que se cultiva en las tuneras (chumberas) y que sirve para producir tintes naturales que son de aplicación en el ámbito de la cosmética (pintura de labios y cremas), y en la industria textil (teñido de seda y lana), así como para la creación de grabados de papel.

El proyecto implica a los agricultores-cultivadores de la cochinilla, las familias y los responsables municipales y ha abierto nuevas vías de desarrollo social y económico, recuperando viejas tradiciones en la zona donde se han creado talleres de transformación y tratamiento de los derivados de la cochinilla, talleres de empleo para la limpieza de la huerta dedicada a este cultivo, se han formados cooperativas de adultos y de niños, además de establecer próximamente "la ruta de la cochinilla" en los pueblos de Mala y Guatiza, comenta Chana Perera.

Desde la escuela de Mala se han generado seminarios donde participan farmacéuticos y biólogos que consideran importante la potenciación de este producto natural también para la industria alimentaria, sobre todo ante el elevado número de casos de alergias a los aditivos y colorantes sintéticos. También los diseñadores de moda de Lanzarote comienzan a utilizar en sus prendas estos tintes como nuevo reclamo para los visitantes.

Para Florencio Luengo y el profesor de la Universidad de Las Palmas, José Moya, que asesoran el proyecto, acompañados de la FAPA de Lanzarote, "el éxito de esta iniciativa está en la creación de los Comités de Ciudadanía de la zona, con presencia de profesorado, alumnado, familias y agentes sociales, como estructura que garantice un trabajo corresponsable, y además dotarles de un método de trabajo cooperativo".

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