Partidos y sindicatos arremeten contra Mas por el 'carné por puntos' para inmigrantes
"Creo que éste no es el camino", señala el presidente del Gobierno desde Finlandia
Nadie salvó ayer de la hoguera a la polémica propuesta sobre inmigración planteada el jueves por el candidato de CiU Artur Mas y que prevé un carnet por puntos para acceder a determinados servicios sociales. Partidos políticos, sindicatos y asociaciones de inmigrantes se lanzaron al unísono en contra de un sistema que, a su juicio, crearía inmigrantes de primera y segunda. Incluso desde el Partido Popular la juzgaron "frívola" y una "cartilla de racionamiento de derechos". José Luis Rodríguez Zapatero, desde Lahti (Finlandia), mostró su desagrado. "Creo que este no es el camino", señaló.
CiU ha marcado el ritmo mediático de esta campaña porque sus acciones electorales no dejan a nadie indiferente. Artur Mas se crece día a día al lograr situarse en el centro del debate y convertirse, a consecuencia de ello, en diana de sus contrincantes. Pero si hasta ahora las críticas le llovían tan sólo desde sus rivales a la presidencia de la Generalitat, ayer el candidato nacionalista recibió un auténtico chaparrón porque nadie -excepción hecha de su propio partido- acudió a socorrerle.
Ante las abrumadoras críticas, Mas optó por ratificarse en su propuesta y arremeter, de pasada, contra lo que juzgó "malévolas interpretaciones". Al líder de CiU no le gustó en absoluto que los medios de comunicación limitaran su propuesta a un "carné por puntos" porque Mas nunca habló de carné, sino que s erefirió a un "sistema". "En un carné de este tipo ganas y pierdes puntos. Y yo nunca dije esto", señaló. "Muchos países de Europa están condicionando el permiso de trabajo al conocimiento, por ejemplo, de la lengua. Y no hay peor riesgo de marginalidad que el de aquellas personas que vienen de fuera y no se integran", aseguró ayer en el acto de presentación de su programa de política social.
Los convergentes eran conscientes de que sacar a colación en plena campaña un asunto tan controvertido como la inmigración provocaría este revuelo. Pero ayer, hasta el discurso del Partido Popular pareció más progresista frente a unas propuestas de CiU que recibieron el calificativo de frívolas, xenófobas, tomadura de pelo e incluso de ser inconstitucionales.
Por primera vez, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero -fuera de un mitin electoral- opinó sobre un asunto de la campaña catalana y, aunque matizó que no había podido analizar con detenimiento lo planteado por los nacionalistas, señaló que "ese no es el camino" para conseguir la integración de los inmigrantes. Zapatero realizó estas declaraciones desde la localidad finlandesa de Lahti, donde participó en la cumbre de la Unión Europea.
Su compañero de filas, el presidenciable socialista José Montilla, calificó de "publicitaria, de escaparate y poco viable" la propuesta de CiU. Montilla abogó por "favorecer la integración de la inmigración legal, de la que pague sus impuestos, que trabaje, que tenga voluntad de integrarse, de conocer nuestras costumbres, nuestra cultural. Y eso no se hace con un carné por puntos", comentó. También la secretaria de Estado para la inmigración, Consuelo Rumí, señaló que el debate migratorio no se "puede zanjar con un eslogan" ni "buscando titulares en un medio de comunicación".
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, esquivó la polémica y se refirió sólo a la subcomisión parlamentaria sobre inmigración en la que, apuntó, todos los partidos podrán expresar sus ideas sobre el fenómeno migratorio.
La consejera de Inmigración de la Comunidad de Madrid, Lucía Figar, manifestó: "Más que una medida de integración parece una cartilla de racionamiento de derechos humanos". Para el candidato del PP catalán, Josep Piqué, el sistema por puntos dividiría a los extranjeros en inmigrantes de primera y de segunda, pero dijo no sorprenderse al "venir de una fuerza política acostumbrada a dividir entre catalanes de primera y de segunda". Jordi Miralles, de Esquerra Unida (ICV-EUiA), acusó a Mas de querer "cambiar los derechos humanos de los inmigrantes por puntos". Desde Comisiones Obreras pidieron "responsabilidad" a los partidos políticos y tacharon la propuesta de "irreal, inaplicable, discriminatorio e inconstitucional". Asimismo, el presidente de la Federación de Entidades Latinoamericanas, Javier García Bonomi, exhortó a los partidos a no utilizar la inmigración como "moneda de cambio" y reclamó el derecho al voto en las elecciones municipales.
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