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Bush pretende limitar el acceso al espacio de los enemigos de EE UU

EE UU rechazará todo acuerdo que limite su estrategia de defensa

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha dado su visto bueno a un plan, bautizado Política Nacional del Espacio, que descarta futuros acuerdos que limiten la libertad de EE UU en el espacio y defiende la necesidad de prohibir el acceso al espacio a cualquier entidad "hostil para los intereses" del país. El documento insiste en la importancia de los temas de defensa y de las ayudas a la investigación privada.

El texto, la primera reforma de la política espacial de EE UU desde hace 10 años, asegura que "la libertad de acción en el espacio es tan importante para EE UU como el dominio del aire y de los mares". Para Frederick Jones, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, un cambio era necesario para "adaptarse al hecho de que el espacio se ha convertido en un componente muy importante de la seguridad económica e interior de EE UU". Los militares dependen cada vez más de las comunicaciones por satélite, de la misma manera que las empresas de telefonía móvil, los sistemas de navegación o incluso los cajeros automáticos.

El Gobierno asegura que la reforma no es el preludio del lanzamiento de armas en la órbita terrestre. Con todo, Michael Krepon, responsable del Henry Stimson Center, un instituto de análisis independiente sobre armas espaciales, opina que la reforma va a reforzar las sospechas internacionales de que EE UU está desarrollando, probando y desplegando este tipo de armas. Por su parte, Theresa Hitchens, directora del Centro de Información sobre Defensa, cree que la nueva política "deja la puerta un poco más abierta a una estrategia de guerra espacial" y que lo hace de "una manera unilateral".

La Administración Bush afirma, por el contrario, que privilegiará la diplomacia y la cooperación internacional. Sin embargo, el documento deja clara la posición del Gobierno: no es necesario ningún acuerdo para controlar las armas, ya que no se trata de una carrera por el armamento espacial.

Tecnologías de doble uso

Varios países se han movilizado a favor de iniciar conversaciones sobre una prohibición de las armas espaciales, pero EE UU ha sido durante mucho tiempo uno de los pocos Estados contrarios a la idea. Aunque en el pasado se ha abstenido en las votaciones sobre este asunto en la ONU, en octubre pasado votó por primera vez en contra de la apertura de negociaciones, el único no entre 160 síes.

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Varios analistas consideran probable que el Pentágono, para evitar tensiones políticas, no avance inmediatamente en el terreno de las armas, sino que prefiera trabajar con tecnologías que tengan un doble uso, civil y militar. El plan de Bush insiste en la necesidad de que los sistemas de vigilancia antimisiles tengan capacidad para acceder al espacio, lo que parece ser un respaldo a la puesta en órbita de algunos componentes del sistema.

La comparación entre las partes públicas del plan actual con el plan de Bill Clinton de 1996 deja en evidencia algunas divergencias claras, a pesar de la insistencia de la Administración Bush en las similitudes. Las metas principales del programa de Bush son "fortalecer el liderazgo espacial del país y garantizar que tengamos en el futuro la capacidad espacial para alcanzar nuestros objetivos de seguridad interior y de política exterior". En cambio, Clinton buscaba "elevar el conocimiento de la Tierra, el sistema solar y el universo mediante la exploración por el hombre y los robots", así como "fortalecer la seguridad nacional de EE UU".

El Ejército estadounidense ha desarrollado más tecnología espacial que cualquier otro país y ha adquirido una gran ventaja estratégica. Pero el progreso tecnológico ha hecho que satélites esenciales sean ahora vulnerables. El cambio en la política espacial ha sido saludado por el analista de Defensa Baker Spring, de la conservadora Fundación Heritage. Spring se declaró partidario del rechazo de los tratados internacionales y defendió la propuesta de lanzar componentes del sistema antimisiles al espacio. Añadió que le parecía una buena idea promover los proyectos privados relacionados con el espacio y el reconocimiento implícito de que los satélites privados también necesitan una protección militar.

La guerra de los satélites

Entre las posibles armas espaciales de las que más se habla, los especialistas destacan los láseres con capacidad para "cegar" o desactivar satélites enemigos, así como los pequeños satélites que pueden ser lanzados contra otros para inutilizarlos. Sin embargo, puesto que la mayoría de los planes relacionados con el espacio son secretos, es difícil saber qué programas están realmente en desarrollo.

Con todo, la posibilidad de hostilidades futuras en el espacio se volvió más verosímil cuando el director de la Oficina de Reconocimiento Nacional, Donald Kerr, aseguró el mes pasado que un satélite de Estados Unidos había sido "pintado", es decir, iluminado, por un láser chino. Según el general James Cartwright, el máximo responsable militar para asuntos espaciales, no está claro si se trató o no de un intento de dañar el objeto espacial.

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