El epistolario del joven poeta
Se publican 400 cartas de Juan Ramón Jiménez, muchas inéditas, en el 50º aniversario del Nobel
Tenía 17 años, planes de hacerse abogado y la voluntad del poeta. Juan Ramón Jiménez (1881- 1958) escribía entonces a su familia desde Sevilla donde vivía como estudiante y estas cartas son las que abren Epistolario I (1898-1916), primer volumen de la trilogía editada por la Residencia de Estudiantes, que llegará a las librerías a finales del mes de octubre. El poeta de Moguer volverá a ser novedad este otoño al cumplirse el 50 aniversario de la concesión del premio Nobel y saldrán a la luz inéditos, como las cartas a las que ha tenido acceso este periódico, dirigidas a su madre, mamá Pura, desde Madrid. Ella fue una referencia constante para Juan Ramón y quien más le animó cuando decidió abandonar sus estudios y entregarse al verso.
La correspondencia muestra el lado más íntimo de un hombre obsesionado por su obra
El aniversario del Nobel -un premio que le fue anunciado al poeta tres días antes de la muerte de su esposa y que no recogió en persona- también será recordado en la Residencia de Estudiantes de Madrid, a través de la exposición que reunirá manuscritos y primeras ediciones del escritor. La muestra, en la que también han particiado la Fundación El Monte y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, se abrirá a finales de este mes.
Este primer volumen epistolar ofrece una imagen cercana y poliédrica del joven poeta, desde la necesidad de encargar "ropa blanca" hasta los consejos y apuntes que prestó al poeta nicaragüense Ruben Darío, mientras éste preparaba su libro Canto de vida y esperanza. Los dos escritores se conocieron en 1900, cuando Juan Ramón se trasladó por vez primera a Madrid. Las crisis nerviosas, que presidirían buena parte de su vida, aparecieron en este periodo. Su familia le internó poco después en un sanatorio para enfermos mentales, primero en Francia y luego en Madrid.
Animado por Ramón Gómez de la Serna, ingresó en 1911 en la Residencia de Estudiantes. Allí conoció a Zenobia Camprubí, su gran amorl. La correspondencia se detiene en 1916, año en que Juan Ramón viajó a Estados Unidos para casarse con Zenobia Camprubí. El cambio de estado civil marcó también una ruptura en su obra y fue esta misma fecha la que el poeta marcó como el final de su primera etapa poética. Los próximos volúmenes del epistolario también se ajustan a las clasificaciones cronológicas que Juan Ramón estableció: Epistolario II recogerá las cartas de 1916 a 1936; y Epistolario III, desde 1936 a 1956.
La correspondencia de los ocho primeros años recoge cerca de 400 cartas manuscritas sobre las que ha trabajado Alfonso Alegre, con la ayuda de la sobrina nieta de Juan Ramón, Carmen Hernández-Pinzón. Alegre ha transcrito las cartas procedentes del Archivo Histórico Nacional, de la Universidad de Puerto Rico y de la Fundación Juan Ramón Jiménez, salvando la difícil caligrafía del poeta.
Celoso de su intimidad y extremadamente minucioso con su obra, Juan Ramón además de poeta ejerció como editor al frente de las publicaciones de la Residencia de Estudiantes, el mismo sello que ahora recupera su correspondencia. El poeta controlaba todos los detalles y llegó a planear reunir su epistolario, un proyecto que no logró llevar a cabo. Dejó sin embargo una nota preparada para el primer volumen de sus cartas: "Juan Ramón Jiménez ruega a las personas que posean cartas suyas -y tengan a bien darle este gusto- que hagan el favor de enviárselas para sacar copia; hecho lo cual les serán devueltas".
Babelia
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