Fraude no inocente: el policía "atípico"
En la edición del domingo 2 de octubre aparecía un artículo a doble página de Marcos Ordóñez titulado El otro muerto referido al policía supuestamente asesinado por Salvador Puig Antich que él conoció y que nos describe como un policía "atípico" por su sensibilidad cultural y ser un amante del cine y en especial de Buñuel, ¿también de Viridiana que estuvo prohibida hasta la muerte del dictador? Pues bien, yo también conocí a Francisco Anguas Barragán y la imagen que conservo de él es bien diferente: lo conocí la noche del 26 de septiembre de 1972 en los despachos de la comisaría central de Vía Layetana de Barcelona, de doloroso recuerdo para todos los demócratas que por allí pasaron, estando yo detenido tras una manifestación y lo conocí "trabajando", es decir, torturándome (yo de rodillas brazos en cruz, él detrás apalizándome con una toalla mojada para no dejar huellas) con especial sadismo, ¿quizá lo aprendió en el cine francés que, según Ordóñez, tanto le gustaba? No lo creo. Ahora que se está hablando de la necesidad de recuperar la memoria histórica, no se debería pasar por alto que Anguas Barragán no era efectivamente un policía "normal", era de la Brigada Político Social cuyos miembros tenían como único fin perseguir, reprimir y encarcelar a las personas que luchaban por las libertades democráticas, aspecto que Ordóñez "olvida" mencionar, y que en otros países que salieron de una dictadura fueron depurados e incluso encausados por los delitos que cometieron contra la libertad de las personas. Es hora de verdades no de fraudes y mentiras exculpatorias.
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