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Tribuna:NACIONAL
Tribuna
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Chávez gana, la ONU pierde

Venezuela lucha por obtener un escaño en el Consejo de Seguridad

El presidente venezolano, Hugo Chá-vez, cuya megalomanía parece aumentar en proporción directa a los ingresos petroleros de su país, luchará en las próximas semanas por su premio más codiciado: obtener un escaño en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, desde donde podría conseguir los mayores titulares en todo el mundo.

¿Se hará con ese escaño? De ser así, ¿cómo afectará a Naciones Unidas, Estados Unidos y Latinoamérica? Antes de intentar responder a estas preguntas, evaluemos los hechos. Venezuela y Guatemala compiten por uno de los dos escaños no permanentes de Latinoamérica en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. La Asamblea General elegirá al ganador en una votación secreta prevista para el 16 de octubre.

Si ningún país obtiene dos tercios de los votos -128 de un total de 192-, la Asamblea volvería a votar, hasta que uno obtenga la mayoría necesaria.

Venezuela, respaldada por Irán, Siria, China y Cuba, afirma que ya posee los votos necesarios para ganar. Chávez ha recorrido el mundo haciendo campaña para obtener el escaño en la ONU, ofreciendo cargamentos de petróleo subvencionado a países del Caribe, comprando bonos de deuda externa a países como Argentina, y ofreciendo otras formas de ayuda exterior a países africanos y asiáticos.

En el discurso que pronunció el 20 de septiembre ante la Asamblea General de Naciones Unidas, Chávez acusó a Estados Unidos de "dominación, explotación y pillaje de los pueblos del mundo". Es un mensaje que, dadas las pésimas tasas de aprobación del Gobierno de Bush en el extranjero, es bien recibido en muchos países pertenecientes a la ONU.

En la reciente cumbre de Países No Alineados organizada en La Habana, el ministro de Asuntos Exteriores venezolano, Nicolás Maduro, declaró a los periodistas que Venezuela ya goza del apoyo explícito del grupo Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay), el Caricom, integrado por 13 países del Caribe, las 22 naciones de la Liga Árabe y la mayoría de los países africanos.

Guatemala, respaldada por Estados Unidos, cuestiona las afirmaciones de Venezuela. En una entrevista telefónica el pasado día 20, el ministro de Asuntos Exteriores guatemalteco, Gert Rosenthal, me decía que las elecciones están "muy igualadas". Guatemala tiene el apoyo de México, Colombia, los países centroafricanos y la mayor parte de Europa, mientras que Asia y África están divididos, dice.

"Si la elección se mide de acuerdo con quien ha gastado más, Venezuela ya ha vencido", señaló Rosenthal. "Lo que nosotros ofrecemos es un trabajo más profesional, más serio y menos basado en el enfrentamiento".

Consenso o extremismo

Los partidarios de Guatemala dicen que el país centroamericano trabajaría a favor del establecimiento del consenso, mientras que Chávez defendería causas extremistas que polarizarían aún más a la ONU.

En días recientes, Chávez insinuaba que los atentados terroristas del 11-S fueron tramados en secreto por el Gobierno de Bush como excusa para lanzar su "guerra contra el terrorismo", y calificaba de "genocidio" la ofensiva militar de Israel contra los terroristas de Hezbolá en Líbano.

Chávez también se ha declarado defensor entusiasta del programa de desarrollo nuclear de Irán, que supuestamente tiene fines pacíficos. Washington teme que Irán pudiera fabricar armas nucleares, que podrían utilizarse contra Israel. El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ha declarado que habría que borrar a Israel del mapa y ha pedido una conferencia internacional para hablar del Holocausto, que, según él, nunca se produjo.

Los partidarios de Guatemala aseguran que, además de ser un candidato menos polémico, el país merece el escaño porque nunca lo ha ocupado, mientras que Venezuela lo ha ocupado en cuatro ocasiones. Y, mientras que Guatemala a menudo aporta tropas de paz a Naciones Unidas, Venezuela casi nunca lo hace.

A mí no me sorprendería que ninguno de los países obtenga los 128 votos necesarios, y que la Asamblea General -tras varias votaciones infructuosas- se decida a escoger un candidato de compromiso. Entre las posibles opciones están Uruguay, Panamá o República Dominicana, aunque estos tres países se apresuran a declarar que no se presentan, quizá por temor a perder la ayuda venezolana.

Si Venezuela consigue el escaño en Naciones Unidas, el mayor perdedor no será Estados Unidos, sino la ONU, ya de por sí aquejada de una gran crisis. Como me decía un diplomático latinoamericano, con una bala perdida como Chávez en el Consejo de Seguridad, "los países grandes estarán aún más tentados de tirar la toalla e irse a otra parte".

En otras palabras. Bush ya ha perjudicado suficientemente a Naciones Unidas con su diplomacia unilateral. Con su ridículo narcisismo-leninismo, Chávez remataría la faena.

Andrés Oppenheimer es columnista de The Miami Herald. Su último libro es Cuentos chinos (Debate). Traducción de News Clips. © The Miami Herald, 2006.

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