Los secretos del invisible

Los métodos físico-químicos que se aplican al estudio de las obras de arte permiten un conocimiento más profundo de las mismas. Con ellos tenemos una visión sorprendente y novedosa de los antiguos maestros, que ayuda a los profesionales de la historia del arte a continuar descubriendo la inagotable información que siguen almacenando las obras de nuestra Pinacoteca.

En la exposición El Trazo Oculto, que actualmente se presenta en el Museo Nacional del Prado, pueden verse los resultados obtenidos mediante el examen con la reflectografía infrarroja de muchas de nuestras pinturas sobre tabla, mostrando el dibujo subyacente que hicieron bajo ellas artistas flamencos, italianos y españoles. Este dibujo constituye el proyecto original del pintor.

El estudio en profundidad de cada una de las tablas que aparecen en la exposición ha servido para enriquecer la imagen que teníamos de estas obras y de sus creadores. En los documentos expuestos se perciben las características propias del dibujo de cada maestro, la grafía de sus rasgos, y la técnica empleada, lo que les confiere un signo propio de identidad dentro de esta fase del proceso de creación.

Los dibujos subyacentes hechos sobre la preparación de las tablas tenían la misión de permanecer ocultos. Hoy día, gracias a los equipos de reflectografía infrarroja, pueden verse por primera vez desde hace 500 años. Al mismo tiempo se revela el tipo de material empleado en su realización, como el carboncillo, el lápiz, el pincel, la punta metálica, y las distintas maneras de plantear sus pinturas cada maestro: trazo a mano alzada, métodos de trasposición de los bocetos previos exentos (cuadrícula, estarcido y calco), además de los numerosos cambios de composición y diferentes modificaciones que suelen aparecer entre el diseño y la pintura.

Todo ello aporta una información esencial para afrontar muchos de los problemas sobre la autoría de ciertas obras, y la distinción del trabajo realizado entre el maestro y los discípulos que forman los talleres de pintura.

Los grandes pintores del pasado no hubieran podido imaginar que la técnica futura descubriría estos diseños que, en la mayoría de los casos, son de gran naturalidad y belleza. Además, de algunos de los artistas representados en la exposición, como Robert Campin, Hans Memling, Fernando Gallego o Alejo Fernández, no se conservan diseños exentos sobre papel o pergamino, por lo que el resultado de la reflectografía infrarroja es la única prueba con la que contamos para comprobar su manera de dibujar.

La radiografía de los cuadros complementa la información adquirida con el método anterior, ya que nos revela el desarrollo que se inició con el proyecto del dibujo y los cambios llevados a cabo por el pintor durante el proceso creativo. También, pone de manifiesto la posible existencia de una obra sobre otra por la reutilización del soporte, la tipología de estos soportes, además de ayudar a la determinación de los materiales de la pintura.

El estudio de los documentos obtenidos mediante la reflectografía infrarroja y la radiografía, junto con los análisis químicos de los materiales empleados, es esencial para conseguir avanzar en el conocimiento de la historia del arte en general y de cada obra en particular.

Carmen Garrido es jefa de Gabinete de Documentación Técnica del Museo Nacional del Prado