200 familias piden una indemnización en Francia por las deportaciones en tren del nazismo
Más de 200 familias de Francia, Israel, Estados Unidos, Bélgica y Canadá se disponen a exigir una indemnización a la SNCF, la empresa pública de los ferrocarriles franceses, por haber trasladado a sus familiares a los campos de exterminio nazis durante la II Guerra Mundial, donde la mayor parte fueron asesinados. La reciente sentencia que daba la razón al eurodiputado ecologista Alain Lipietz y condenaba a la SNCF -y subsidiariamente al Estado francés- por su colaboración en el Holocausto, ha abierto la puerta a una ristra de demandas que podría costar cara al erario público. La SNCF ha recurrido la sentencia.
Lipietz, que denunció a la empresa estatal de los ferrocarriles por "complicidad en crímenes contra la humanidad", consiguió que el pasado mes de junio un tribunal de Toulouse condenara a la SNCF a una multa de 62.000 euros por su implicación en el traslado en vagones de ganado al campo de concentración de Drancy, en mayo de 1944, de sus padres y otros dos parientes suyos. Drancy, en el norte de Francia, era la parada donde se reunía a los judíos que iban a ser deportados a Auschwitz y a otros campos de concentración en los que se aplicaba la solución final.
En vagones de ganado
Los parientes de Lipietz tuvieron suerte. No fueron deportados. Permanecieron en Drancy hasta que el campo fue liberado por las tropas aliadas en julio de 1944. No es el caso de muchos de los parientes de las 200 familias que ahora reclaman a la SNCF. Según el abogado Matthieu Delmas, el proceso legal por el que se pide "la reparación de los perjuicios sufridos por la deportación en vagones para animales en condiciones inhumanas, sabiendo que esa gente corría el riesgo de ser asesinada", se iniciará esta misma semana.
Pero antes de acudir a la justicia, los demandantes enviarán una carta a la SNCF pidiendo la indemnización y dando un plazo de dos meses para responder. Sólo en caso de que la empresa pública de ferrocarriles rechace su petición, las familias acudirán a los tribunales.
Avi Bitton, que junto a Delmas representa a estas 200 familias, no quiso desvelar la cifra exacta de la reclamación, aunque apuntó que se trata de "varios millones de euros". La cifra otorgada a la familia Lipietz corresponde a personas que volvieron con vida, explica el abogado. "Nosotros reclamaremos una cifra superior por las personas que murieron en Auschwitz", añade.
Desde la SNCF se asegura que las deportaciones de judíos se llevaban a cabo forzadas por las fuerzas de ocupación alemanas o por el Gobierno del mariscal Pétain. Según Bitton, la SNCF cobraba al Estado colaboracionista francés el precio de un billete de tercera clase por cada deportado que trasladaba en vagones de ganado. "No obedecía ni a una orden ni a una imposición", insiste el abogado, "lo hacía por propia iniciativa".
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