Líbano pedirá al secretario general de la ONU que se levante el bloqueo de Israel
El líder de Hezbolá asegura que se está negociando el intercambio de los prisioneros israelíes
El Gobierno libanés pedirá hoy a Kofi Annan, que comienza en Beirut una gira por Oriente Próximo, que exija a Israel el levantamiento del bloqueo aéreo y marítimo que Tel Aviv mantiene todavía, dos semanas después del final de la guerra. Con las infraestructuras muy afectadas por los 33 días de bombardeos y la temporada turística arruinada, la economía libanesa se encuentra en estado crítico, y el bloqueo, unido a las amenazas sirias de cerrar su frontera, es lo último que necesita. Un informe asegura que el PIB de Líbano puede caer un 10% este año.
Con los refuerzos de las tropas internacionales en camino, otro de los obstáculos para que el alto el fuego se consolide puede comenzar a despejarse: el jeque Hasan Nasralá, líder de Hezbolá, aseguró ayer que las negociaciones para liberar dentro de un intercambio de prisioneros a los dos soldados israelíes cuya captura, el 12 de julio, provocó la ofensiva sobre Líbano, "ya han comenzado". "Parece que Italia y Naciones Unidas están interesadas", dijo a la cadena libanesa NTV. Las autoridades de Israel no han querido ni confirmar ni desmentir que estén en marcha las negociaciones. El diario oficial egipcio Al Ahram señaló en su edición de ayer que el intercambio de prisioneros podría producirse en las próximas dos semanas.
Por primera vez desde el comienzo de la guerra, Nasralá pronunció unas palabras que tenían un aire de disculpa al pueblo libanés. "La dirección de Hezbolá no pensó ni por un solo instante que la captura de los soldados israelíes iba a provocar una guerra de tal amplitud", manifestó.
Pero la principal preocupación de los ciudadanos libaneses ahora es el bloqueo. "El Gobierno presionará a Kofi Annan para que, a su vez, exija a Israel el levantamiento del bloqueo de Líbano, que viola la resolución 1701 del Consejo de Seguridad y pone en peligro la estabilidad del país", indicó a la prensa libanesa una fuente cercana al primer ministro. El ministro de Economía, Yihad Azur, señaló que el país "tiene una oportunidad de recuperarse, pero siempre que el bloqueo se levante rápidamente".
La ONU, la Unión Europea y Estados Unidos ya han pedido a Israel una y otra vez que levante el embargo marítimo y aéreo, pero el Gobierno de Ehud Olmert se niega hasta que no se complete el despliegue de los cascos azules que reforzarán las tropas internacionales destacadas en Líbano. Las autoridades israelíes aseguran que el objetivo es evitar la llegada de armas a Hezbolá, aunque la frontera más crítica en ese sentido, con Siria, que es la que ha utilizado casi siempre el Partido de Dios para rearmarse, permanece por ahora abierta. En el pequeño puerto de Sidón, unos 40 kilómetros al sur de Beirut, los pescadores comienzan a perder la esperanza, ya que llevan 47 días sin salir a la mar. "Aquí hay 500 familias sin trabajo, sin forma de ganarse la vida", explica Ibrahim Mahmud, un pescador de 65 años. Junto a otros compañeros, pasa los días en unos humildes cafetines frente al puerto. "Nosotros no somos un peligro para nadie, sólo queremos ganarnos la vida. Israel quiere destruir a este país y a este paso lo va a conseguir", señala otro pescador que asegura que nadie se atreve a salir a faenar "por miedo". No lejos del puerto se produce un enorme bullicio: la Cruz Roja libanesa sigue repartiendo cajas con alimentos básicos para un mes a las familias de los pescadores.
Al aeropuerto de Beirut, en teoría reabierto, sólo vuelan la compañía nacional jordana y la libanesa Middle East Airlines, con destino a Ammán, aunque desde allí engancha con varios destinos, sobre todo en Oriente Próximo. Tanto Lufthansa como Air France han pedido varias veces permiso para reanudar sus vuelos, pero no lo han conseguido.
Aunque todavía no hay escasez y el bloqueo sólo se nota en la subida de los precios de la gasolina, la preocupación aumenta cada día, máxime cuando Siria ha amenazado con cerrar sus pasos con Líbano si se despliegan cascos azules en la frontera, lo que ahogaría al país. Por ahora, Líbano ha cedido a las exigencias de Damasco.
Este país importa el 85% de sus bienes de consumo y la imposibilidad de exportar o importar ha provocado pérdidas diarias millonarias a la industria y agricultura. Las pérdidas totales de la economía libanesa han sido cifradas por la ONU en 15.000 millones de dólares (12.000 millones de euros). Un informe de The Economist Intelligence Unit, reproducido el sábado por el diario libanés The Daily Star, señala que el PIB de Líbano puede caer un 10% y que la deuda pública puede alcanzar los 38.500 millones de dólares, un 200% de su PIB. La paz no significa, ni de lejos, el final de los problemas.
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