"El Gobierno libanés debe decidir cómo se desarma a Hezbolá"

En un contexto internacional revuelto, con un frágil alto el fuego impuesto en Líbano por la resolución 1701 del Consejo de Seguridad y la formación de un contingente de paz pendiente, vuelven a surgir las dudas acerca de la efectividad del mayor organismo multilateral del mundo. Shashi Tharoor tiene que lidiar con ellas y transmitir el mensaje de la ONU, como secretario general adjunto de Comunicaciones e Información Pública de la organización, un departamento con 63 oficinas en todo el mundo. Autor de nueve libros, entre ellos varias novelas, Tharoor, nacido en Londres en 1956 aunque criado en la India, lleva 28 años trabajando para la ONU, y aspira a sustituir a Kofi Annan como secretario general cuando venza su mandato a final de año.

"Hay que reconocer que somos una organización del siglo XX tratando con problemas del siglo XXI"

Tharoor se muestra "razonablemente optimista" de que la resolución que establece el alto el fuego en Líbano y el desarme de la guerrilla chií Hezbolá sea efectiva esta vez, pese a que no se cumplió la anterior, la 1559, de 2004. "El éxito dependerá de la buena voluntad de los países en aportar los recursos militares necesarios para cumplirla. Se necesitan buenos recursos militares y voluntad política de los países del Consejo de Seguridad, de la región y de los que aporten tropas".

Según Tharoor, la resolución es "muy clara": "Es obligación del Gobierno libanés asegurar que haya un solo Gobierno, un solo Ejército en la región", y que las Fuerzas Armadas libanesas "sean de hecho el único Ejército presente en el sur de Líbano". "Cómo se haga es decisión del Gobierno libanés, del Ejército libanés y de Hezbolá", esta última como parte del Ejecutivo del país de los cedros. Hezbolá debería hacer "el trabajo político necesario", afirma Tharoor en una entrevista telefónica.

El directivo de la ONU reconoce que todo lo que se está haciendo ahora es "ocuparse de un problema inmediato", y que el objetivo mayor que se debe perseguir es lograr "una paz extensa en Oriente Próximo". Aunque tras "un mes terrible de enfrentamientos y destrucción", era "necesario encontrar una forma de terminar con los choques", Tharoor insiste en que "tiene que haber un restablecimiento del proceso de paz global".

El aspirante a suceder a Annan recuerda que "las contribuciones reales [a la fuerza internacional de paz] tienen que venir de los Gobiernos". "Si un Gobierno no lo hace, otro lo hará", asegura.

Un firme creyente en "los principios y valores de la Carta de Naciones Unidas", Tharoor cree que la ONU ha de "reconocer que somos una organización del siglo XX tratando con problemas del siglo XXI". "Uno de los retos más importantes del nuevo secretario general será lograr que la organización esté más preparada para los desafíos, impredecibles, del futuro", adelanta. Tharoor cree que la ONU ha de ocuparse de los llamados "problemas sin fronteras, que cruzan las fronteras sin invitación, y que ningún país, por muy rico o poderoso que sea, puede dejar de lado", ni resolver solo: terrorismo, derechos humanos, migraciones, cambio climático, tráfico de drogas y de personas...

Por eso, afirma, "hay que valorar a la ONU, porque no hay otra organización que reúna a todos los países en una respuesta común a estos problemas". "Creo que somos la organización indispensable en este mundo globalizado", asegura. Sin embargo, para que pueda afrontar correctamente estos retos, el nuevo secretario general, cargo para el que Tharoor se siente "muy preparado" por su experiencia "desde dentro y sobre el terreno", "tiene que estar seriamente centrado en la reforma administrativa y, por supuesto, tiene que haber acciones para lograr que la propia organización sea más transparente y responsable".