¡Bienvenido, Ronaldinho!
Bienvenido sea Ronaldinho! Apareció el gaucho y para suerte del Barça se acabó el monólogo del Espanyol, espléndido en la preparación y gestación del partido y, por contra, incapaz de remontar el vuelo desde que tomó un gol que chafó la ilusión y tensión con la que había preparado la contienda.