Andy Murray levanta su propio listón
El tenista británico, de 19 años, amplía las expectativas tras derrotar a Federer
Los elogios de la prensa británica se duplicaron para Andy Murray cuando el pasado miércoles consiguió ganar al número uno del tenis mundial, el suizo Roger Federer, y clasificarse para los octavos de final del Masters Series de Cincinnati, donde en la madrugada pasada debía enfrentarse al estadounidense Robby Ginepri, 21º del ránking.
Murray tiene todavía que decirlo todo. Lo más importante que ha hecho hasta el momento ha sido adjudicarse el torneo de San José, en febrero pasado, eliminando consecutivamente al norteamericano Andy Roddick y el australiano Lleyton Hewitt.
Sin embargo, superar a Federer no es algo de lo que puedan alardear muchos. Esta temporada sólo lo había logrado Nadal. También había sido el español el último en superarle antes de una final, cuando lo logró en las semifinales de París de 2005. Así que Federer llevaba 14 meses alcanzando la final en todos los torneos que disputaba. Otro récord que quebró Murray fue el de sus 55 victorias sucesivas sobre las superficies rápidas americanas.
"Obviamente, fue algo especial", proclamó Murray, aún incrédulo por su victoria; "no esperaba que eso fuera a ocurrir". Pero pasó. Y fue la mejor forma de confirmar que desde que es entrenado por Brad Gilbert, ex técnico de los estadounidenses Andre Agassi y Roddick, su autoconfianza ha crecido tanto como su nivel de juego.
Tras duras peleas con la federación británica, Murray decidió después de Wimbledon cerrar su etapa con Mark Petchey y comenzar a trabajar con Gilbert. "Necesitaba un reactivo. Y él era el hombre adecuado", dijo Judy, su madre, que ha dirigido siempre su carrera. Desde entonces llegó a la final de Washington y a las semifinales de Toronto.
Para Murray eliminar a Federer es rozar el cielo. Tiene sólo 19 años, es el 21º del mundo y ha superado ya el trauma psicológico que vivió a los ocho, cuando un desalmado entró en la escuela de Dunblane, su pueblo natal, y mató a 16 niños y al profesor antes de pegarse un tiro. Su madre le alejó de todo aquello y le envió a Barcelona, donde trabajó en la academia de Emilio Sánchez y Sergio Casal con Pato Álvarez. Ganó el Open de Estados Unidos júnior en 2004. "Es muy bueno", dice el capitán del equipo español de la Copa Davis; "y creo que cada vez sabe mejor lo que quiere".
Otros resultados. Tercera ronda: Rafa Nadal-Tommy Haas, 7-6 y 6-3. Juan Carlos Ferrero-Robin Soderling, 7-5 y 6-4. Ivan Ljubicic-Dominik Hrbaty, 7-5 y 6-4.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.