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Entrevista:PEPU HERNÁNDEZ | Seleccionador español de baloncesto

"Los rivales de España tienen un gran problema"

Pepu (José Vicente) Hernández (Madrid, 11 de febrero de 1958) no sufre por ahora el mal de altura. Es el responsable técnico de la mejor selección de la historia del baloncesto español, que ha llegado al Campeonato del Mundo, en Japón, a partir de mañana, como favorita. Lo nunca visto. Pero Pepu anda por el hotel Prince, de Hiroshima, como si nada. Quedamos después de la comida. Sale, se enciende un purito y se acomoda en la silla como si estuviese en el antiguo restaurante El Cairo, de Madrid, uno de sus lugares de encuentro con los amigos. Pero el escenario es diferente. El vestíbulo es enorme y circular, con una fuente en el centro. El toque surrealista lo da una pasarela que en el lado del surtidor se convierte en un altar de metacrilato preparado para las bodas, con cruz dorada y todo.

"Se ha dicho que nos habría venido bien perder un partido de los preparatorios para espabilarnos. No lo necesitábamos, porque no nos lo creemos"
"Estamos convencidos de que Gasol rendirá al máximo. Pero si un día no suma 25 puntos y 15 rebotes no por eso tenemos que dejar de ganar"
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Le comento la condición de favorita de España. "Llevamos años generando ilusión. Hemos jugado muy bien y estamos encantados. Pero no vamos a exagerar. Sabemos que hay cinco o seis equipos que pueden ganar y lo difíciles que son en un enfrentamiento directo. Nuestro objetivo es estar mentalmente preparados. Hay presión, pero la importante debe ser la que sale del grupo, la que genera el jugador. Un exceso de ella nos impediría rendir. Con una falta habría problemas de motivación". Uno piensa en la eterna duda de que mejor ir de tapado que tener a todos dándote ya una medalla. "¿Podemos elegir? No, por lo que lo aceptamos. Incluso se ha dicho que nos habría venido bien haber perdido un partido [de los preparatorios] para espabilarnos. Pero no lo necesitábamos porque somos un equipo que no nos lo creemos".

A fe cierta que, si se lo creen, no lo demuestran. Todos están de buen rollo. "Para los jugadores, ir a la selección es un momento muy importante. Están encantados de reunirse y competir juntos. No piensan en el tiempo que les puede quitar de vacaciones. Vienen con una gran ilusión".

Conociendo cómo se las gastan estos juguadores, ¿le han puesto a prueba a su llegada? "No. Noté curiosidad, que era mutua. Todavía hoy veo alguna cara de sorpresa cuando hablo a mi manera. Pero la curiosidad era sobre todo por los conceptos de juego que traía. Trabajamos en un estilo lo más claro posible. Hay que resumir las ideas y que sean lo más claras posibles, no dando nada por supuesto. Es gente con muy buena base y lo han entendido perfectamente. Éste no es mi baloncesto, es el de los jugadores".

Si los jugadores son reconocidos como grandes talentos y no se cumplen las expectativas, ya sabemos quién se va llevar los palos "No lo he pensado. Tenemos un grupo con mucho talento. Yo lo que intento es ayudarles. Claro que siento la responsabilidad, pero sin excesos. Si triunfamos, lo hacemos todos. Y al revés".

Las comparaciones son siempre odiosas, pero después de pasarse toda la vida en Estudiantes... "Es distinto. Sobre todo, por el tiempo. Hay que resumir, poner en práctica las ideas rápidamente. Pero he observado que estos jugadores están acostumbrados. Hay muchos partidos en pocos días, lo que quita tiempo de trabajo. También es importante que lleguen frescos al torneo".

Se dice que todos llevamos un seleccionador dentro. Siendo entrenador, se supone que mucho más. "Nunca me había fijado en la selección de esa forma. Veía los partidos y los disfrutaba. Por ejemplo, cómo jugaron en los Juegos Olímpicos de Atenas. Me pareció extraordinario. Lo analizaba tácticamente, pero no iba más allá. Mi experiencia es que hay un ambiente extraordinario, con gente dispuesta a trabajar y abierta a los cambios. No he hecho muchos porque sería absurdo que hubiese llegado y..., hala, a cambiarlo todo. Algunos detalles sobre la organización, el papel de los ayudantes y cosas así".

Pasamos al futuro más cercano. La competición. Y, por supuesto, los cruces. Mientras se hacen cábalas sobre el mejor camino para llegar donde se pretende, Pepu quiere estar al margen de los cuentos de la lechera. "Tampoco puedo elegir. He intentado llegar aquí sin prejuicios sobre los rivales ni sobre otras cosas. Están Estados Unidos, Argentina, Francia, Grecia... Los griegos son un equipazo. Lo demostraron en el Europeo. Hay tantos que con alguno nos tendremos que ver. La idea es pensar, sin ser soberbios, que ellos también tienen un gran problema por jugar contra España. Y a todos, el máximo respeto".

El futuro es incierto, pero los primeros cinco adversarios tienen nombre. "De Alemania se habla de Nowitzki. Cuando fue al Europeo parecía que tenía sólo un jugador. Luego resultó que era todo un equipo. El problema de Nueva Zelanda es que saben que, técnicamente, no son muy buenos, por lo que en disciplina, actitud y paciencia sí lo son. Panamá es más imprevisible. Puede jugar muy bien o al revés. Angola es muy atlética. Y Japón juega en casa y querrá hacerlo bien".

España lo está haciendo de maravilla. Pero nunca es suficiente. "Espero crecer durante el campeonato. Los partidos nos enseñarán cosas. Es más, es algo que hemos preparado. Distintas variables tácticas que nos permitan no ser previsibles".

Hablando de cosas previsibles, al Gasol estelar no se le ha visto, pero se le espera. "Todos estamos convencidos de que rendirá al máximo. Pero si un día no suma 25 puntos y 15 rebotes no por eso tenemos que dejar de ganar. Puede parecer una injusticia con las individualidades, pero todos tienen que ser piezas de un equipo al que deben aportar su trabajo. Yo creo que eso les dignifica y hay que reconocérselo. Queríamos llegar con 10 o 12 jugadores frescos para poder tirar de alguien cuando convenga. Independientemente de si son siete o 37 minutos. Deben estar preparados para una cosa y otra".

Se acerca la hora de descansar un poco antes del entrenamiento. Pepu también lo necesita, pues lleva días con molestias en la espalda. ¿Hay algo peor que perder? "Perder es lo peor, pero puedes perder dando el máximo en entrega, dedicación y convicción. Me gustaría que fuésemos un grupo que se superase en las dificultades, que las habrá. Por ejemplo, si perdiésemos en las semifinales, al día siguiente tendríamos la lucha por el tercer puesto. Hay que estar preparado. No podemos empezar de cero cuando ocurra una derrota. Creo que la ilusión generada por este equipo no sólo es por el talento, sino también por su entrega".

Y utilizando esa introducción que invita a la confidencia, una del tipo tú, que eres un tipo sincero..., ¿pensaste en la selección cuando dejaste Estudiantes? "En ningún momento. Dejé Estudiantes por otras razones y... nada más. Esperaba que, después de un año, alguien pensase en mí. Pero, más que nada, de la Liga ACB. De todas formas, espero que no me hayan elegido sólo porque los entrenadores de la ACB no pueden llevar a la selección [risas]".

Nos vamos a las habitaciones, no vaya a ser que nos pille una boda por medio.

Pepu Hernández, durante un partido de preparación.
Pepu Hernández, durante un partido de preparación.DIARIO AS

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