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Crítica:NUESTROS CLÁSICOS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Naranjas de La Ribera

Los productos con tradición suelen hacer gala de mantener la forma y el fondo para no pasar de moda. Por estas cualidades se convierten en clásicos, que es tanto como decir "de toda la vida".

Sin embargo, encontramos otros cuya inmutabilidad hubiese resultado perjudicial para la supervivencia, a los que la falta de evolución en vez de transformarlos en eternos los hubiese condenado a la muerte súbita, por lo que les ha sido imprescindible acogerse a un oportuno aggiornamento o puesta al día.

Uno de los más significativos, sin duda, de entre estos que comentamos, es la naranja: conocida desde hace más de 20.000 años -según cuentan las crónicas- y con un origen, como siempre, de allá por el Medio Oriente, ha evolucionado de forma imparable, de suerte que las variedades que hoy la representan distan años luz de las que conocieron nuestros antepasados.

El plantel de la variedad navel, con sus figuras consolidadas en el mercado: la navelate, la navelina, la newhall, la Washington navel, la lane late; o el grupo de las llamadas blancas, con la salustiana y la Valencia late como protagonistas, han dejado arrinconadas a las predecesoras en la fama, a las que superan en puntos tan señeros como la relación ácido/azúcar, la cantidad de sus jugos, o la mínima, y cada vez menos molesta, presencia de semillas en sus carnes.

También ha sufrido alteraciones importantes el territorio donde los cultivos de estas especies se desarrollaban; se han ampliado de forma significativa los terrenos para dicha producción, debido fundamentalmente a las nuevas técnicas de transformación de los suelos y del riego, que con la variedad del "goteo" ha rebajado de forma sustancial la cantidad de agua necesaria para desarrollarlas, amén de poder acceder por medio de dicho mecanismo a la alimentación y cuidado de los árboles.

Sin embargo, algo se ha mantenido -es inmutable e inimitable-, y ese algo es el clima. Por tanto, cójase el clima propicio, aplíquese en los territorios con mejores virtudes de suelo y plántense las variedades antes citadas al objeto de obtener un producto estrella.

De la ecuación nos saldrá como resultado: Albalat, Almussafes, Benicull, Corbera, Cullera, Favara Fortaleny, Llaurí, Algemesí, Alginet, Alzira, Antella...

En dos palabras, toda La Ribera.

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