Morales se muestra convencido ante De la Vega de que habrá un acuerdo con Repsol

El acuerdo entre el Gobierno de Bolivia y la petrolera Repsol parece estar más cerca. El encuentro entre la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y el presidente de Bolivia, Evo Morales, en La Paz, capital administrativa del país andino, sirvió ayer para acabar de rebajar la tensión entre ambos políticos desde que el líder indígena decidiera en mayo nacionalizar los hidrocarburos, una medida que afectó de lleno a la petrolera hispano-argentina. España prevé también la condonación de la deuda.

Primero fue la toma de contacto de la vicepresidenta con empresarios españoles en Bolivia, quienes le expresaron su voluntad "firme y decidida" de seguir trabajando e invirtiendo en ese país, para lo que exigieron que se extremara la seguridad jurídica que acabe con la actual incertidumbre y les permita invertir y contribuir al desarrollo de Bolivia. Después, una reunión en el palacio presidencial, sirvió para limar asperezas, con la firma de la Comisión Mixta de Cooperación, que establece las prioridades de ayuda a ese país para los próximos años, y el anuncio de la condonación de la deuda del segundo país más pobre de América Latina.

En una rueda de prensa conjunta, De la Vega y Morales expresaron su convencimiento de que habrá acuerdo con la petrolera Repsol, cuyo presidente se encuentra estos días en Bolivia, aunque no participó en ninguna de las reuniones del día.

De la Vega dio pie a Morales con un anuncio: "He pedido al presidente un interlocutor único con nuestras empresas y ha aceptado, y eso va a permitir que las incertidumbres que se crean, ajenas a ambas partes, se reconduzcan, se cree confianza y mejoren las relaciones". Ese interlocutor será el encargado de informar a las empresas de las reformas o cambios legislativos que afecten a sus intereses en Bolivia.

El presidente boliviano adelantó que las negociaciones con Repsol "van bien", por lo que se mostró convencido de que el contencioso se cerrará incluso antes de que expire en noviembre el plazo de 180 días establecido tras la nacionalización. Pero rehusó dar más detalles. También se comprometió a que la seguridad jurídica sea la base de la negociación y los acuerdos con las empresas extranjeras "que solidariamente quieran invertir", "porque el pueblo boliviano es consciente, sabe que para salir adelante hace falta esa inversión". Eso sí, subrayó, "siempre con diálogo".

Morales aseguró que las normas internas del país garantizan esa inversión y que con la nacionalización "ni se expropia ni se expulsa a nadie" del país. Pero también lanzó una advertencia: "Una cosa es ser dueños y otra ser socios". Así, Repsol, según dijo el presidente de Bolivia, ha mostrado una "voluntad firme y clara de permanecer en el país y realizar importantes inversiones". De la Vega expresó entonces su fe en la resolución del conflicto, por propio convencimiento y por la información que le transmitió Morales: "Si el presidente dice que las cosas van bien es que van bien, y si me dice que va a haber acuerdo es que va a haber acuerdo".

La vicepresidenta del Gobierno y también la secretaria de Estado de Cooperación, Leyre Pajín, subrayaron que Bolivia es un país prioritario en la inversión que se destina a cooperación. La firma de la Comisión Mixta para los próximos cuatro años se traducirá en una inversión sólo en 2006 de 60 millones de euros. Como muestra del apoyo que España quiere dar al país andino, también se prevé la condonación de toda la deuda de Bolivia con España, un total de 100 millones de euros, de los que 27 se han condonado ya; otros 49 se negocian actualmente y 24 quedan pendientes de negociación.