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Reportaje:

Control de viñedos por GPS

Muga hace el seguimiento de 10.000 vides para mejorar la variedad

Muga es una de las pocas bodegas donde se mantienen las tradiciones en el arte de hacer un buen vino. Frente a la invasión del acero inoxidable en las bodegas, Muga mantuvo su apuesta sólo por la madera. Sin embargo, la bodega se ha sumado también a la última tecnología, con el control de más de 10.000 plantas a través del GPS para mejorar sus variedades

La familia obtiene el 80% de la uva en viñedos propios y el resto lo compra en parcelas donde controla los sistemas de cultivo
Muga es una de las pocas bodegas donde no ha entrado el acero inoxidable: cuenta con más de 200 depósitos de madera

"Como han hecho la mayor parte de las bodegas, podíamos habernos sumado a las nuevas técnicas en la elaboración del vino. Pero nosotros hemos preferido seguir con los sistemas tradicionales, como es la no existencia en la bodega de un solo depósito de acero inoxidable. Mantenemos la tradición de seguir almacenando el vino en tinos de madera de roble que construimos en la propia bodega, clarificamos el vino con clara de huevo, entre 300 y 500 claras para un depósito de 16.000 litros, y utilizamos bacterias autóctonas para los procesos de fermentación", señala el director técnico Jorge Muga.

La familia Muga dispone de una superficie de viñedos propios de unas 200 hectáreas, con un incremento anual de entre 10 y 20 hectáreas. Ello supone que el 80% de las necesidades de materia prima se cubren con las producciones propias, mientras el 20% restante se adquiere a viticultores de la zona, con quienes en la mayor parte de los casos se mantienen unas relaciones de muchos años.

Para los responsables de la bodega riojana, el vino, además de en los procesos de elaboración, se hace en primer lugar en la viña.

De acuerdo con este planteamiento, la bodega ha diseñado una política de controles en las plantaciones que se aplica en igualdad de condiciones para los viñedos propios y para las superficies contratadas. Esta política supone la no aplicación de abonos químicos a las superficies de viñedo y solamente la utilización de abonos orgánicos procedentes en parte de los restos del propio viñedo junto con estiércol. Aunque en la actualidad el riego se ha autorizado en la totalidad de los consejos reguladores, con el correspondiente control para evitar producciones elevadas de baja calidad, dada la ubicación de los viñedos en la Rioja Alta no se utilizan los riegos. El objetivo de la bodega se concreta en unas producciones por hectárea de unos 4.000 kilos, lo que supone en la mayor parte de los casos hacer vendimia en verde.

La bodega controla igualmente los tratamientos fitosanitarios en los viñedos contratados para evitar la existencia de residuos de pesticidas así como los abonos agresivos con las plantas. De acuerdo con las condiciones meteorológicas de cada campaña, a los agricultores se les informa de los riesgos de plagas para que realicen los tratamientos adecuados que menos impacto tengan sobre las plantas y el medio ambiente.

Los actuales propietarios de Muga consideran que los viñedos deben responder a las pretensiones de la bodega para elaborar vinos de calidad, pero también a las condiciones meteorológicas de la zona para lograr las variedades que mejor se adapten a cada terreno. De acuerdo con esta estrategia, la bodega ha puesto en marcha un sistema de control mediante GPS para el seguimiento del desarrollo de unas 10.000 plantas en diferentes superficies de cultivo. Gracias a este mecanismo, se conoce cómo responde cada variedad a las condiciones meteorológicas en cada superficie. A partir de esos datos, la bodega pretende ir mejorando sus viñedos adecuado los mismos a las circunstancias de la zona.

Un tino de madera para cada parcela

Conocer la calidad de cada partida de uva que entra en la bodega para poder elaborar unos vinos diferenciados o desarrollar políticas de mejora constituye actualmente uno de los objetivos de los responsables de la bodega riojana.Cada campaña se procede al control de la uva de cada parcela con almacenamiento por separado de cada vino.

Para desarrollar esta estrategia, Muga comenzó en 1999 la construcción de pequeños depósitos de madera. Hoy cuenta con más de 200 tinos o depósitos, todos ellos de madera de roble y fabricados en la propia bodega, con una capacidad que va desde los 1.000 hasta los 52.000 litros, con un predominio de depósitos de alrededor de los 10.000 litros. Ello permite conocer, antes de proceder a la mezcla de los caldos de diferentes parcelas, las características de cada uno y adoptar las medidas necesarias para su mejora.

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