Frank Schleck celebra su victoria en Alpe d'Huez. / REUTERS
Landis, un patrón a lo Indurain
El 18 de julio de 2005, día de descanso, Denis Menchov alquiló un coche en Pau y, sin decir nada a nadie, se bajó a Pamplona a comerse un chuletón con sus amigos. "Necesitaba salir de la depresión de alguna manera", cuenta Menchov, quien no podía acostumbrarse a terminar todas las etapas de montaña en el autobús de los retrasados, rodeado de sprinters, rodadores y gregarios exhaustos.