Fútbol, teatro y café
Franco Baldini, ex director deportivo del Roma, actor y comerciante en Suráfrica, auxilia a Mijatovic en los fichajes del Real Madrid
Franco Baldini, nacido en Florencia hace 45 años, lleva poco más de una semana en Madrid y aún no ha deshecho la maleta. "Tendré tiempo para eso, para buscar casa y para aprender castellano", bromea. Después de año y medio alejado del fútbol -"quise tomarme una pausa porque estaba harto"- ha empezado una nueva aventura en el Madrid. Es la mano derecha de Pedja Mijatovic, el director deportivo, y se encargará del área técnica del equipo. Por ahora, Baldini ha firmado por una sola temporada. Tiene su explicación.
A Baldini le está costando recuperar la ilusión por el fútbol. La herida perdura desde su etapa como director deportivo del Roma entre 1999 y 2005. En 2004, el presidente romanista, Franco Sensi, despidió al director general del club y Baldini tuvo que asumir el doble papel: director general y deportivo. Y ahí es cuando entró en crisis. "Empecé a salir en la tele, a mostrar la cara. Todo era política, la gente me pedía que hablara como un político y esa parte del fútbol acabó disgustándome", recuerda este ex jugador del Bolonia y luego agente FIFA de futbolistas. "Por mucho que te guste el fútbol me resultaba como llegar a casa y encontrarme a mi mujer con mi mejor amigo", explica metafóricamente. "Ahí te das cuenta que no aguantas más", dice. En aquella época Fabio Capello ya había fichado por la Juve y Baldini, que había coincidido con él en Roma, rompió su amistad con el técnico.
En 2005, hastiado del fútbol, Baldini presentó su dimisión y emprendió un nuevo rumbo. Más bien se puso en marcha en doble dirección. Primero se mantuvo en Roma, pero dedicado a su gran pasión: el teatro. "Tengo una compañía teatral y actúo", cuenta al tiempo que recuerda que Fabio Capello, cuando era técnico del Roma, solía ir a menudo con él al teatro y a conciertos. Mientras se subía a los escenarios romanos, Baldini montó, con su hijo, un negocio de máquinas de café... en Suráfrica. "Al dejar el fútbol me quedé sin sueldo e invertí mis ahorros en Suráfrica". Hoy día allí sigue su hijo al frente del negocio.
Hace unos meses Mijatovic viajó a Milán e intentó convencer a Baldini para que volviera al fútbol. Ambos mantienen una estrecha amistad desde que el montenegrino jugara en 1999 en el Fiorentina, equipo de la localidad natal del agente italiano. Además del poder de convicción que tiene el Real Madrid, Mijatovic utilizó también otro gancho decisivo: "Cuando quedé con Pedja en Milán me dijo que firmar por el Madrid quizá sería también una buena oportunidad para recuperar mi relación con Fabio Capello". Una relación que, según Baldini, "se quebró por cuestiones políticas y personales". "Trabajar juntos no significa ser necesariamente amigos. Yo sé que me respeta profesionalmente y para mí él es el único técnico capaz de devolver títulos al Madrid", apunta el italiano.
Hace apenas dos meses, los Agnelli, propietarios del Juventus, le llamaron para ofrecerle el cargo de director deportivo. "La idea era que limpiara la imagen del club", sostiene Baldini. Éste llegó a presentarse en las oficinas del club turinés, pero no hubo acuerdo. Baldini fue uno de las primeras voces que se levantaron en el calcio en contra del sistema Moggi -la trama de corrupción por la que la Juve acaba de ser condenada a la Serie B-. "No tenía pruebas, pero estaba en el ambiente y las cosas que observaba me parecían demasiado raras", explica. "El moggiopoli me está dando la razón", afirma.
En Madrid, Baldini acelera lo que puede para que el club cierre los fichajes. Diecisiete días después del triunfo de Ramón Calderón, la afición aún espera a Kaká, Robben, Cesc, Diarra, Van Nistelrooy... Todos ellos, por ahora, nada más que promesas electorales. Baldini, mientras, pide paciencia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.