De la Vega dice que es posible una relación "respetuosa" con el Vaticano
La presencia del papa Benedicto XVI en España ha reflejado "de manera fidedigna" que "es posible establecer una relación respetuosa, facilitando acuerdos de convivencia, sin perjuicio de que puedan manifestarse legítimas discrepancias". Así lo consideró ayer la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, quien afirmó que la relación entre el Gobierno y la Iglesia está basada "en el mutuo respeto". La vicepresidenta añadió que al Gobierno y a la Iglesia les unen "valores muy importantes como la solidaridad, la justicia social y la lucha contra las desigualdades". Además, señaló que el respeto a la diferencia, la libertad ideológica y de culto constituye una de las "señas de identidad de la democracia", y "así se ha podido apreciar" con la vista del Papa.
"Problemas no faltan"
Por su parte, altas fuentes vaticanas aseguraron ayer a la agencia Efe que el Pontífice dijo al presidente del Gobierno en su entrevista: "Problemas no faltan
[en las relaciones entre España y la Iglesia] y esperemos encontrar la solución". Añadieron que Rodríguez Zapatero defendió ante el Papa el matrimonio entre homosexuales como "un derecho" de esas personas y Benedicto XVI se lo rebatió con una argumentación "antropológica de derecho natural". La conversación sirvió para repasar diversas cuestiones de actualidad calificadas de "muy importantes" por el Gobierno español, como el futuro de Europa, la familia, la inmigración, la situación en Africa y la paz.
Benedicto XVI, añadieron las fuentes vaticanas, "rebatió" a Rodríguez Zapatero los conceptos sobre las uniones homosexuales "con una lección de antropología, de derecho natural", en la que defendió que no sólo es la Iglesia la que defiende el matrimonio entre un hombre y una mujer, sino que es algo que ya estaba en el derecho natural mucho antes de la llegada de Jesucristo.
Por otra parte, el secretario general del PP, Ángel Acebes, criticó la "pésima falta de modales" que atribuyó a Zapatero por no asistir a la misa y lo relacionó con una actitud para "ofender y provocar" divisiones entre españoles.
Frente a las críticas de la derecha, el líder de CiU, Artur Mas, dijo: "Es una decisión personal y supongo que política" y "tan correcto era ir como no ir". Mas lamentó que algunos "confundan" la unidad de España con un "tema moral" y añadió: "El presidente del Gobierno no debe ser criticado por el hecho de no ir a una misa". También el líder de Iniciativa per Catalunya, Joan Saura, alabó a Zapatero por dar muestras de que España "es un Estado laico". Saura resaltó, además, que con la visita del Papa "no se ha producido la crisis que determinados sectores querían que pasara".
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