El Arca de Noé del Ártico
Una isla noruega acogerá un refugio para tres millones de muestras de semillas únicas
No será un barco, sino una especie de bunker excavado en una montaña de la isla ártica noruega Svalbard. Pero, olvidando el detalle, el proyecto puesto en marcha ayer con fondos del país escandinavo es una verdadera Arca de Noé de los cultivos. Un refugio concebido para proteger tres millones de muestras de semillas de todo el planeta, seleccionadas con un criterio claro: ser únicas.
Existen en el mundo unos 1.400 centros que conservan unos seis millones de muestras. Cary Fowler, secretario ejecutivo del Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos -la organización que gestionará el centro- considera que de ese total "unos 1,5 millones son únicas". Svalbard acogerá entonces algunas semillas de esas muestras únicas, convirtiéndose en una red de seguridad para casos de emergencia: un baluarte en contra de la constante erosión genética que afecta el planeta.
El punto es que la variedad no sólo se pierde en el campo. También en los bancos es algo frecuente. "A ello contribuyen las catástrofes naturales", dijo Fowler, estadounidense de 56 años, la semana pasada en Madrid, "pero también las guerras, los presupuestos insuficientes, errores de gestión...".
Svalbard es una respuesta ideal a esas amenazas. Ubicada en un lugar remoto y tranquilo, frío lo suficiente como para no tener problemas en caso de fallos en el sistema de refrigeración; y garantizada por la experiencia y el presupuesto del Fondo para la Diversidad, y por muros de hormigón del espesor de un metro, el arca ártica se convertirá en el banco de semillas más seguro del mundo.
Cuando alguna catástrofe extinga la enésima variedad, Svalbard ofrecerá otra oportunidad. A partir de septiembre de 2007, cuando la obra esté acabada, con un coste de 2,4 millones de euros.
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