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Kirchner pide un voto de confianza internacional

El presidente argentino, que llega hoy a Madrid, ofrece garantías a las inversiones con el aval de una buena gestión económica

Jorge Marirrodriga

Argentina es un lugar seguro para invertir. Éste es el mensaje fundamental con el que a mediodía de hoy aterrizará en Madrid el presidente argentino, Néstor Kirchner, quien mañana comenzará su tercera visita a España. El mandatario argentino se dispone a desplegar ante el empresariado español los resultados de su gestión como garantía de rentabilidad, pero la estrategia del presidente presenta características polémicas con ese planteamiento general.

Por un lado, la notable gestión económica llevada a cabo por el Ejecutivo durante estos años -obra tanto del propio Kirchner como del ex ministro de Economía y ahora rival electoral Roberto Lavagna- presentan unas cifras espectaculares: Argentina va a sumar su cuarto año consecutivo creciendo en torno al 9%; el superávit fiscal también es continuado por primera vez en más de un siglo; y los índices de pobreza, indigencia y desempleo descienden todos los meses de manera constante.

El pasado 3 de enero, Kirchner canceló por adelantado la deuda de 9.800 millones de dólares que el Estado mantenía con el FMI (la deuda total con el Banco Mundial y organismos internacionales es de unos 110.000 millones de dólares); y las reservas del Banco Central se multiplican (25.000 millones de dólares). Los ingresos por exportaciones siguen subiendo, gracias tanto a la coyuntura internacional como a la política constante de mantener bajo el peso respecto al dólar para incentivar las ventas en el exterior. Sectores como la construcción llevan 40 meses consecutivos de crecimiento.

El problema para Kirchner es que con estos datos en la mano es difícil seguir justificando la aplicación de medidas excepcionales motivadas tras la catástrofe económica e institucional de diciembre de 2001 en especial -y por lo que afecta a las empresas españolas- la congelación de tarifas en determinados servicios públicos. Su incremento, a pesar de los reiterados anuncios de acuerdo y promesas de plazos, no acaba de llegar. Éste es el mensaje, que de una forma suave por parte del Ejecutivo español, y probablemente más dura por parte del empresariado, escuchará la delegación argentina cuando exhiba sus logros. "El mensaje que van a recibir es que la crisis ha terminado... para todo", subrayó una fuente española en Buenos Aires.

El segundo dato contradictorio es que Kirchner llega a Madrid con un discurso destinado a fomentar la inversión extranjera, pero en un momento en el que el Estado argentino está volviendo a intervenir de forma activa como agente productivo en la economía del país, sobre todo en empresas y sectores que fueron privatizados en los noventa.

El durísimo enfrentamiento con el grupo francés Suez y la española Aguas de Barcelona respecto a la gestión del agua corriente y alcantarillado de la capital argentina y parte de la provincia de Buenos Aires, se saldó con la salida del consorcio franco-español y su sustitución por una empresa estatal en cuyo directorio se sientan líderes de los poderosos sindicatos ligados al peronismo.

El Estado va a retomar el control de la gestión de los aeropuertos, así como parte del accionario de Aerolíneas Argentinas, propiedad del grupo español Marsans, que va a vender entre el 20% y el 40% de las acciones al Estado después de meses de enfrentamientos con los sindicatos, entre cuyos dirigentes figuraba el subsecretario de Transporte Aerocomercial del Gobierno, Ricardo Cirielli.

Kirchner llega a Madrid acompañado de los miembros más influyentes de su equipo, entre los que destaca el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, compañero del presidente desde hace años y hombre de confianza encargado de la interlocución con las empresas extranjeras. De Vido mantendrá una reunión el jueves con representantes de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). El mismo Kirchner también mantendrá reuniones con los líderes de la CEOE y el Consejo Superior de Cámaras de Comercio.

En el grupo de confianza presidencial que viaja a España figuran también el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, la ministra de Economía, Felisa Micelli, el ministro de Educación, Daniel Filmus, y el de Exteriores, Jorge Taiana. El mandatario llega a España acompañado de su mujer, la senadora Cristina Fernández, a quien las encuestas sitúan como el segundo político con mayores posibilidades de alcanzar la presidencia argentina en 2007 por detrás del propio Kirchner.

El presidente argentino, Néstor Kirchner, en Buenos Aires en 2003.
El presidente argentino, Néstor Kirchner, en Buenos Aires en 2003.EFE

Renegociar la deuda

En 2001, el entonces presidente Fernando de la Rúa anunció el plan Blindaje 2001, que mediante la concesión de un crédito del FMI por 40.000 millones de dólares (31,8 millones de euros) iba a salvar a Argentina del caos económico. El blindaje, del que España participó con 1.000 millones de dólares, no sirvió para nada, excepto para dejar una nueva deuda al Estado argentino que ahora trata de renegociar. De aquel monto se cree que sólo llegaron 20.000 millones, cifra que medios gubernamentales argentinos reducen a unos 6.000 millones.

Kirchner quiere ampliar los plazos para el pago de la deuda. Se trata de una negociación clave para Argentina, ya que mantiene una disputa con el Club de París -Europa, EE UU y Japón- que llevada a su extremo podría suponer la pérdida de garantías que los Estados hacen a inversiones y créditos.

Un acuerdo con Madrid supondría un importante espaldarazo para la aspiración argentina de recuperar la confianza internacional.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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