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Reportaje:

Uribe estrecha lazos con Bush

El presidente colombiano quiere firmar el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos en su segundo mandato

Colombia trataba de reponerse de la recesión de finales de los años noventa cuando Álvaro Uribe asumió la Presidencia de la República en 2002. Durante los cuatro años siguientes, la economía colombiana creció a un ritmo sostenido por encima del 4% hasta alcanzar el 5,21% del PIB en 2005, las exportaciones se multiplicaron, volvió la inversión extranjera y aumentó el consumo. Con este escenario favorable, Uribe logró una rotunda victoria en las elecciones presidenciales de hace una semana, que le dejan el camino despejado para gobernar sin ataduras en su segundo mandato. Una de sus prioridades es reforzar sus relaciones comerciales con Estados Unidos.

Los beneficios del crecimiento no se han distribuido. La mitad de la población recibe el 14,2% y una quinta parte se queda con el 60%
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El vínculo entre la política económica y la política social

La agenda económica del presidente reelecto tiene como máxima prioridad la aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos por parte del Congreso, donde tomará posesión del cargo el próximo 20 de julio. La cómoda mayoría que el uribismo tiene en la Cámara de Diputados y en el Senado garantiza dicho objetivo.

En el debate, no obstante, los congresistas del opositor Polo Democrático Alternativo y algunos del Partido Liberal harán oír su voz contra el TLC. Expresarán en distinta medida las críticas de empresarios del sector agropecuario y de organizaciones campesinas, que estiman que la negociación del tratado ha dejado en clara desventaja a los productores del campo, concretamente de arroz, maíz, trigo y pollo.

El presidente Uribe ha prometido una ley de apoyo al sector para compensar los efectos negativos del TLC que, una vez aprobado por el Congreso, deberá pasar una última revisión por el Tribunal Constitucional en audiencias públicas. Según una estimación de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), el empleo total durante los primeros cinco años de vigencia del TLC aumentará en 1,73%, equivalente a 268.839 nuevos puestos de trabajo en los sectores de la construcción, inmuebles y servicios a las empresas, energía, industria, transporte, finanzas y turismo.

Como contrapartida, la agricultura y la minería llevarán la peor parte del TLC. Los avicultores no estarán en condiciones de competir con los estadounidenses, y las medicinas serán más caras. Por su parte, los defensores del TLC afirman que el acuerdo beneficiará a los exportadores, con lo que ganarán los consumidores, manufactureros y el sector agroindustrial. En diciembre vencen las preferencias arancelarias conocidas como Atpdea, que permitirían a varios productos colombianos entrar con arancel cero en Estados Unidos. Sin el TLC el impacto sería nefasto, subrayan quienes apuestan por el tratado de libre comercio con la primera potencia.

En su segundo mandato, el presidente colombiano pretende iniciar negociaciones para firmar acuerdos comerciales con Centroamérica, la Unión Europea y los países del Mercosur, en un afán de abrir Colombia a todos los mercados.

El modelo económico que ha seguido Uribe en los últimos cuatro años otorgó amplia libertad a las fuerzas del mercado, eliminó al máximo las limitaciones regulatorias y restringió la intervención del Estado.

22 millones de pobres

El crecimiento económico, la reducción de la inflación y el desempleo (del 15% en 2002 al 11,3% actual), y la intensificación del comercio exterior figuran en el haber de la gestión del presidente colombiano. Las cifras oficiales indican que durante los últimos cuatro años se generaron 1,9 millones de puestos de trabajo; la recaudación del impuesto sobre la renta aumentó el año pasado en un 16%; Colombia ha entrado en una etapa de niveles bajos de inflación de un dígito y los tipos de interés han disminuido.

"Mantener una expansión económica por encima del 4% es un enorme desafío, porque están sobre el tapete las complicaciones con Venezuela, con Ecuador y lo difícil que será mantener un buen dinamismo de la construcción", estima el analista Javier Fernández Riva.

Los beneficios del crecimiento no se han distribuido como se esperaba, según demuestran los pobres indicadores en materia social. Ahí está el mayor desafío que afrontará Uribe los próximos cuatro años. Colombia viaja en el furgón de cola mundial en cuanto a distribución del ingreso. La mitad de la población recibe el 14,2%, mientras que una quinta parte se queda con el 60%.

Uribe se ha comprometido a combatir la pobreza con eficacia y para ello quiere poner en marcha una reforma tributaria estructural y del presupuesto de 2007. Para mejorar la competitividad y generar puestos de trabajo, el Gobierno aprobó una flexibilización laboral que permitió reducir costes, aunque repercutió negativamente en la calidad del empleo. El subempleo afectaba a finales de marzo a 6,3 millones de trabajadores.

Caña y palma biocarburantes

Distintas fuentes consultadas pronostican continuidad en la política económica de Uribe, pero con más énfasis en los resultados que en las promesas. Durante su primer mandato el presidente colombiano viajó a lo largo y ancho del país para acudir a los consejos comunales en los que los vecinos plantean sus reclamaciones.

Uribe escucha con atención la voz del pueblo y a veces pone en aprietos a los ministros que le acompañan. Esta suerte de asambleas populares suelen concluir con la promesa del presidente de poner manos a la obra. No siempre se cumple, y en muchos casos cuando la comitiva presidencial se retira las palabras del presidente se las lleva el viento. La gente espera más acción y menos reuniones en el segundo mandato de Uribe.

Colombia exporta algo de petróleo, gas y carbón, pero ha perdido autosuficiencia petrolera y si no se reemplazan reservas antes de que acabe el mandato, ECOPETROL tendrá que comprar crudo a las compañías privadas para abastecer el mercado interno.

Los biocombustibles como el alcohol carburante de caña de azúcar y el biodiésel de palma africana adquieren una importancia que va en aumento. Para aprovechar los buenos precios internacionales Colombia está sembrando caña y palma africana en controvertidos megaproyectos que ocupan cientos de miles de hectáreas, cuya titularidad no siempre es legítima.

Álvaro Uribe, presidente reelecto de Colombia.
Álvaro Uribe, presidente reelecto de Colombia.ASSOCIATED PRESS

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