"Tras siete investigaciones, aún nadie ha pedido mi versión"
Luis Montes acudirá el lunes, como cada mañana, al hospital Severo Ochoa, de Leganés. Tiene previsto participar como anestesista en una operación. Desde que el 11 de marzo de 2005 fue destituido como coordinador de Urgencias no ha dejado de trabajar. Ha vivido la sucesión de informes sobre el trabajo en la unidad que dirigía sin que nadie (ni un juez, fiscal, inspector de la consejería o del Colegio de Médicos) le haya preguntado. Montes (Arribes del Duero, Salamanca, 1949), afirma tranquilo en una terraza de Madrid que no se arrepiente de nada.
Pregunta. ¿Se arrepiente de haber sedado demasiado?
Respuesta. Hay médicos que, ante la presión de los familiares y las enfermeras que ven que el paciente se muere, optan por pasar de largo. Eso no es ser más prudente, eso es vendarte los ojos al sufrimiento. Nuestra actitud era de apoyo a los enfermos y los pacientes. No me arrepiento.
"Al principio eran 400 asesinatos y van por cuatro sedaciones contraindicadas"
"Hay médicos que pasan de largo cuando ven que un paciente se muere. Nosotros, no"
P. ¿Sorprendido con las conclusiones del informe?
R. Sorprendido por su tardanza. Aún no lo he analizado lo suficiente, pero se hacen afirmaciones graves, como que hubo mala praxis, y eso hay que probarlo. No han hablado con los médicos ni con los familiares de los pacientes y así es difícil emitir un juicio aunque no dudo de su rigor.
P. Sedaron a gente en coma.
R. A veces hay que tomar decisiones en pacientes en coma. Si tienen enormes dificultades para respirar, si hay edema cerebral, convulsiones, vómitos masivos con aspiración... hay que tratar esos síntomas e intentar evitarlos. En esos casos la muerte puede ser previsible pero hay mucha literatura científica sobre el tema y la Sociedad Española de Cuidados Paliativos y los comités de ética aceptan la sedación de pacientes en coma.
P. El informe dice que usaban dosis muy altas.
R. La dosis va en función de las enfermedades. La dosis no me parece importante. Dosis, la precisa.
P. El informe critica que en algunas historias clínicas no está claro cuál es el síntoma a tratar.
R. Las historias clínicas en urgencias se rellenan en función del número de pacientes que esperan. Cuando hay pocos pacientes las historias están más completas.
P. El informe dice que hay cuatro sedaciones contraindicadas.
R. El propio informe señala que la muerte de todos los pacientes era previsible a las horas de entrar y me consta la buena práctica en urgencias. El médico actúa con arreglo a unos conocimientos científicos, según su leal saber y entender, en defensa del paciente y con la obligación de actuar inmediatamente según los síntomas y la urgencia de resolverlo. Si tuviéramos que resolver los casos con el tiempo que se han tomado los autores del informe, es posible que no llegásemos a tomar ninguna decisión frente a las cerca de 300.000 urgencias atendidas en el hospital en los tres años que han mirado. Si de ahí ven cuatro casos dudosos, que lo investiguen, pero dudo que sólo con la historia clínica puedan decir que había un tratamiento mejor.
P. ¿Se sedó a alguien en urgencias que aún podía ser tratado?
R. Aun cuando yo aceptase, que no lo acepto, que los autores del informe tuvieran más capacidad y mejor intención que los médicos de los cuatro casos de supuesta mala praxis, en ningún caso estaríamos ante una sistemática aplicación de eutanasia activa en urgencias. En el peor de los casos serían cuatro posibles errores médicos. Empezaron hablando de 400 asesinatos y van por cuatro sedaciones contraindicadas. En cualquier caso lo que dicen de estas cuatro sedaciones es muy grave, porque supone un abandono terapéutico. Puede que hayamos tardado en tratar a alguien, pero abandono del tratamiento, en ningún caso. Uno de los casos que supuestamente estaba contraindicado ya ha sido instruido y el juez dijo que el tratamiento fue ejemplar.
P. ¿Trató a esos pacientes?
R. No lo sé. Muchos médicos practicaron sedaciones. En urgencias hay turnos y los pacientes pasan por varias manos. No hubo eutanasia, pero es que además es imposible porque trabajan 150 personas en turnos. Hacer 400 eutanasias implicaría la colaboración de tanta gente que es imposible.
P. ¿Y ahora qué?
R. No sé, porque vivo en la indefensión: ha habido siete peritajes y aún no he podido hablar en ninguno. El informe dice que no se puede concluir que la sedación fuese la causa de la muerte y creo que eso agota la vía penal pero no sé qué pasará.
P. ¿Cómo está el hospital?
R. En urgencias hay un caos administrativo y muchas enfermeras han pedido el traslado.
P. ¿Y usted?
R. Tranquilísimo, dispuesto a volver a urgencias.
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