Braun cerrará su única fábrica en España y despedirá a 690 empleados
El fabricante de planchas y batidoras trasladará a China la mayor parte de la producción
El tejido industrial español sufrió ayer otro revés con el anuncio del cierre progresivo de la fábrica de Braun en Esplugues de Llobregat (Barcelona), la única que posee en España, hasta culminar en 2008. El fabricante de la popular minipimer, perteneciente a Gillette (Procter & Gamble), anunció ayer su intención de cesar la producción de batidoras y planchas de vapor en la factoría catalana y trasladar a China la mayor parte de ésta para ahorrar costes.Este nuevo episodio de deslocalización dejará sin trabajo a 690 personas con contrato fijo y unos 80 eventuales.
Los sindicatos se echaron ayer las manos a la cabeza al conocer la decisión de Braun de cerrar la fábrica de Esplugues porque la compañía ha finalizado sus últimos ejercicios con beneficios y, aparte de una plantilla fija de 690 personas, el cese afecta a unos 80 eventuales y puede eliminar unos 1.500 empleos indirectos, que trabajan para su red de proveedores y otros servicios. El presidente de Manufactura de la multinacional alemana, Christian Leonhard, ya advirtió en una visita a la planta el pasado marzo que, antes de llegar a las pérdidas económicas, optaría por acabar con su actividad fabril en Cataluña, que comenzó hace 45 años.
Ayer se concretó la advertencia. "Cualquier futura optimización en la eficiencia o reducción de costes resultará insuficiente para resistir la actual dinámica del mercado, en continuo cambio, y a las siempre crecientes presiones sobre los costes", explicó la dirección de la empresa en un comunicado.
Y es que los costes de la fábrica catalana han perdido finalmente la batalla con los que ofrece un país como China, adonde se trasladará la mayor parte de la actividad (nueve millones de pequeños electrodomésticos anuales), según fuentes de la compañía. Braun también tiene fábricas en Irlanda y México, pero los trabajadores también creen que la compañía se plantea iniciar la producción en algún país del Este.
Un informe de la consultora externa McKinsey ya concluyó el año pasado que la fábrica de Esplugues "no era suficientemente productiva y que sus costes eran muy elevados", pero la matriz optó por continuar la actividad implantando unos procesos de mejora que, a la postre, no han resultado suficientes. Aunque tiene un equipo dedicado a la investigación y desarrollo (I+D), la factoría se dedica básicamente al ensamblaje de aparatos, una actividad de bajo valor añadido. Los 40 profesionales del centro de I+D tienen la opción de recolocarse en el centro tecnológico de la ciudad alemana de Kronberg.
'Royaltie s'
"Nos encontramos ante un caso de deslocalización brutal porque Braun tiene beneficios", denunció ayer Vicenç Rocosa, secretario general de la Federación Minerometalúrgica de Comisiones Obreras de Cataluña.
Braun Española ganó 5,9 millones en 2004 -último balance hecho público- y alcanzó unas ventas por valor de 153,8 millones de euros, y en 2005, aunque aún no se han cerrado las cuentas, la compañía admite que la fábrica ha cerrado con resultados positivos. Además, en el año 2004 Braun pagó a la matriz 17 millones de euros en concepto de royalties o transferencias por tecnología, así como 22 millones en dividendo en 2000.
UGT afrontó la noticia con una "gran decepción" y exigió a la empresa el informe económico en el que se basa la decisión de cesar la actividad.
Braun se encuentra bajo el paraguas del gigante Procter & Gamble desde 2005, cuando la multinacional compró Gillette. El cierre fabril anunciado ayer es el punto final a una fábrica con 40 años de historia. La compañía ya ha anunciado que su intención en negociar cuanto antes las condiciones con las que la plantilla, formada por trabajadores de edad avanzada y jóvenes, será despedida y las conversaciones comenzarán la próxima semana con la mediación de la Generalitat. Este conflicto laboral es la primera patata caliente que cae en las manos del nuevo consejero de Trabajo e Industria, Jordi Valls, y, además, se produce en plena marejada política en Cataluña, a las puertas de un referéndum para decidir sobre el Estatuto. Vicenç Rocosa, de CC OO, apuntó ayer que la multinacional ha aprovechado la situación de "debilidad" en Cataluña política para anunciar, con dos años de antelación, sus planes de cerrar en Esplugues.
El departamento de Trabajo e Industria, que ha citado a Braun a una primera reunión el próximo miércoles, lamentó ayer que la compañía no haya respondido hasta ahora a sus peticiones de información sobre el futuro de la fábrica catalana y los trabajadores.
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