La familia del tetrapléjico pide que no se persiga a "la mano que le dio paz"

El Gobierno no tiene, en este momento, "ninguna intención" de emprender una reforma legal para despenalizar la eutanasia. Así de tajante se mostró ayer la ministra de Sanidad y Consumo, Elena Salgado, tras la inauguración de la Jornada Conmemorativa de 20 aniversario de la Ley General de Sanidad. El mismo día en el que la familia y amigos de Jorge León emitían un comunicado reclamando el derecho a "una muerte digna, humana, sin dolor, sin sufrimientos añadidos al propio hecho de morir" titulado In memoriam.

León, de 53 años, tetrapléjico desde hace seis tras sufrir un accidente doméstico, apareció muerto el jueves pasado en su domicilio de Valladolid junto a la máquina que le permitía respirar, que estaba desconectada, y un vaso vacío. Se están investigando las causas de su fallecimiento y quién le ayudó a morir. Él sólo podía mover los labios. La policía está tomando declaración a su entorno más próximo. Dentro de aproximadamente 15 días, el Instituto Nacional de Toxicología remitirá los resultados de las muestras de la necropsia al Instituto de Medicina Legal de Valladolid, que entregará posteriormente un informe a un juzgado de instrucción de Valladolid.

Los parientes y allegados de Jorge León piden respeto por su memoria. "Que no le juzguen, que no le condenen, que no manipulen su muerte ni su vida". Y también, que no "se persiga a esa mano que acercó un vaso a una boca sedienta de libertad, de dignidad y de paz".

La persona que le ayudó a morir podría ser juzgada por delito de eutanasia, según la legislación vigente. El artículo 143 del Código Penal castiga con penas de dos a cinco años de cárcel "al que coopere con actos necesarios al suicidio de una persona". En el apartado tercero, eleva la sanción a entre seis y 10 años "si la cooperación llegara hasta el punto de ejecutar la muerte". El castigo se reduce en uno o dos grados (con un máximo de tres años de cárcel) en el caso de la eutanasia, si la muerte se produce "por la petición expresa, seria e inequívoca de éste [el fallecido], en el caso de que la víctima sufriera una enfermedad grave que conduciría necesariamente a su muerte, o que produjera graves padecimientos permanentes y difíciles de soportar". Éste podría haber sido el supuesto de Jorge León.

En el caso de Valladolid se plantea una cuestión que no concurría en la muerte del tetrapléjico gallego Ramón Sampedro, que recibió asistencia para morir en 1998. Jorge León necesitaba un respirador artificial para seguir viviendo. No era autónomo. En reiteradas ocasiones pidió que se lo quitaran. La Ley de Autonomía del Paciente, de 2002, señala que después de ser informado, "todo paciente tiene derecho a negarse al tratamiento". ¿Era el respirador de Jorge León un tratamiento? Entre los expertos hay discrepancias.

La ministra Salgado afirmó ayer que, en opinión del Gobierno, "no corresponde ahora" tratar el tema de la eutanasia. Añadió que efectivamente las personas deben tener derecho a una muerte digna, sin dolor, pero, según indicó, eso se llama "cuidados paliativos".

El programa electoral del PSOE de las pasadas elecciones incluía un apartado sobre esta cuestión, que señalaba lo siguiente: "Promoveremos la creación de una comisión en el Congreso de los Diputados que permita debatir sobre el derecho a la eutanasia y a una muerte digna, los aspectos relativos a su despenalización, el derecho a recibir cuidados paliativos y el desarrollo de tratamientos de dolor".

Dos años después de que el PSOE llegara al Gobierno, dicha comisión no se ha creado. La última vez que se debatió el tema fue en el Senado, entre marzo de 1998 y enero de 2000, gobernando el Partido Popular, sin que ni siquiera la Comisión de Estudio llegara a formular conclusiones. A lo largo de la presente legislatura, tanto el presidente Zapatero como el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, han afirmado que la legalización de la eutanasia no está dentro de los compromisos legislativos del Ejecutivo.