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Cataluña celebra una edición de Sant Jordi eufórica y masiva

Ildefonso Falcones, Carme Riera y Eduardo Mendoza encabezan las listas de ventas

Cataluña celebró ayer un Sant Jordi masivo, especialmente en Barcelona. Los libreros confían en alcanzar los 21 millones de euros en ventas, lo que supone un incremento del 10% respecto a la pasada edición. La novela La catedral del mar (Grijalbo, en castellano; Rosa dels Vents, en catalán), del debutante Ildefonso Falcones, fue la más vendida de una cita literaria en la que también estuvieron muy solicitadas las últimas obras de Carme Riera y Eduardo Mendoza.

Para conseguir en Barcelona una dedicatoria de Ildefonso Falcones, Eduardo Mendoza o José Saramago, se necesitaba mucha paciencia. El reclamo de Sant Jordi se multiplicó al caer en domingo. A Falcones, un abogado que debuta como escritor con la novela histórica La catedral del mar, le tocó el gordo: su libro encabezó las listas de ventas en catalán y en castellano, una coincidencia inédita hasta ahora. Pero no sólo a los primerizos les fue bien. José Saramago y Eduardo Mendoza, por ejemplo, fueron dos de los autores más codiciados del día.

El masivo encuentro entre los escritores y sus lectores provocó anécdotas divertidas. Así, a Santiago Roncagliolo -ganador del Premio Alfaguara por Abril rojo- una seguidora algo confundida le pidió que le dedicara un libro de... Jaime Bayly. Es su primer Sant Jordi como autor. "Me impresiona ver cómo una ciudad se enciende. ¿Qué hace toda esta gente en la calle? La han tomado a punta de libros", dijo Roncagliolo, que hoy recibe en Madrid el Alfaguara. "Si hace unos años alguien me hubiera dicho que me iba a pasar todo esto no lo hubiera creído".

Algunos autores, como José Antonio Marina, participaban por primera vez en la tradición de las firmas y padecieron cierto agobio por el alud de gente que se llegó a concentrar en las calles del centro de Barcelona. Otros más experimentados ya sabían lo que les esperaba: Fernando Schwartz viajó con dos plumas por si las moscas. Tampoco les fue mal a los vendedores de rosas, la otra gran protagonista de Sant Jordi, que despacharon más de cinco millones de esta flor por toda Cataluña.

A las dos y media de la tarde, José Saramago estaba agotado. Dedicó tantos libros durante la mañana que, como explicó, no tuvo casi tiempo para respirar.

Éste es su tercer Sant Jordi. "Es una fiesta única, no conozco nada que se le parezca. Puede haber momentos similares en las ferias del libro, pero esto es un encuentro ciudadano. La gente baja a la calle para comprar libros y rosas; el lector se expresa de forma directa y emotiva. Ya sé que eso también pasa en las ferias, pero Sant Jordi es el aquí y el ahora, de una gran intensidad". El premio Nobel portugués firmó ejemplares de Las intermitencias de la muerte (Alfaguara y Edicions 62 en catalán) y de toda su obra.

Un joven le emocionó especialmente. "Me dijo que como lector me agradecía mis obras porque con ellas había iluminado también a otros jóvenes. Es excesivo, pero que estas cosas me pasen a mi edad y sin habérmelo propuesto me impresiona. Tengo la convicción de que al lector le gustan mis libros, pero quizá les gusta más la persona que los ha escrito".

También es el tercer Sant Jordi de Ian Gibson, que acaba de publicar Ligero de equipaje. La vida de Antonio Machado (Aguilar). Cansado y eufórico, se declaró, ayer, anonadado. "No recuerdo nada semejante en mi vida de escritor en ninguna parte, ni siquiera cuando publiqué la biografía de Federico García Lorca. Hoy me han venido a pedir firmas personas emocionadas, con lágrimas bordeándoles los ojos. Todos identificados con la vida, con los amores, con la política, con el final de la vida de Machado". Saramago explicó que ha empezado a escribir sus memorias. Primer título: Pequeñas memorias. "Relato mi vida desde mis primeros recuerdos hasta los 14 años". Gibson piensa escribir una novela histórica. "Un historiador ha de ser riguroso y creo que yo lo soy. Es un trabajo terrible. Ahora tengo ganas de inventar situaciones, tramas y diálogos".

La llamada de Sant Jordi es tan fuerte que Carme Riera, que está impartiendo un curso en la Universidad de Chicago, viajó el fin de semana a Barcelona para no perderse la cita. Firmó ejemplares de El verano del inglés (Alfaguara/Proa).

La Rambla, ayer por la mañana.
La Rambla, ayer por la mañana.SUSANNA SÁEZ

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