El Supremo considera irregular un crédito del Santander de hace 16 años
Dos jueces y la Audiencia de Bilbao han censurado al banco
El Tribunal Supremo ha ratificado la irregularidad de una operación crediticia del Santander Central Hispano, realizada hace 16 años con un comerciante de Leioa. Corrobora las resoluciones anteriores de dos jueces y la Audiencia de Bilbao, que tachó de "auténtico despropósito" la actuación del banco. Pero, sin embargo, no se han atendido las reclamaciones del cliente sobre el cobro erróneo de las cuotas de una cuenta de crédito.
El caso se remonta a 1990 cuando el demandante, Arturo Escartín, dueño de un comercio en Leioa, pidió al Banco Santander (ahora SCH) una cuenta de crédito, que a diferencia del tradicional préstamo, no supone la disposición de todo el dinero inmediatamente sino en función de las necesidades del cliente. Por eso, al principio sólo se pagan los intereses del dinero dispuesto, que en este caso ascendía a 78.000 euros. Los problemas se suscitaron en 1993 cuando el comerciante vio que las cuotas eran superiores a lo estipulado y, al pedir una copia de las escrituras, comprobó que se hablaba de manera indistinta de préstamo, cuenta de crédito o crédito.
El Santander achacó primero el fallo de las cuotas a un error informático y las rectificó pero no debidamente, según el cliente, y llevó el tema a los juzgados. Desde 1995 dos jueces certificaron las irregularidades en el cobro de las cuotas y en las escrituras de la cuenta de crédito, porque recogían "cláusulas incompatibles". El caso llegó hasta la Audiencia de Bilbao, que en una resolución dictada en marzo de 1999, volvió a dar la razón al comerciante y calificó la actuación del Santander como "un auténtico despropósito de principio a fin, impropio desde luego de un banco de esa importancia".
La Audiencia sentenció que el cliente debía pagar al banco más de 15.000 euros, además de los intereses de un año, lo que fue recurrido por el comerciante ante el Supremo. El Santander no interpuso recurso. El Tribunal Supremo, en un fallo emitido el pasado 22 de diciembre, desestima la petición de Arturo Escartín y confirma así la sentencia de la Audiencia de Bilbao.
El comerciante de Leioa, quien piensa que la actuación del banco encubre un "blanqueo de dinero", censura que el Santander no puede liquidar la operación de manera correcta al carecer "de contabilidad alguna" de la cuenta de crédito o el supuesto préstamo hipotecario. "Lo terrorífico de nuestro caso es que durante 34 meses pagamos por una cuenta crédito y al final la Justicia nos ha condenado a seguir pagando por un préstamo hipotecario. Es como pagar por un turismo y al final tener que abonar intereses atrasados por un autobús", señala.
El afectado ha llevado el asunto por la vía penal pero sus reclamaciones han sido desestimadas por distintas instancias judiciales. La última, por la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco que, en una resolución fechada el pasado 20 de marzo, no ve una "infracción penal" y considera que, en todo caso, los hechos han prescrito. El comerciante ha figurado, desde 1993, cuatro veces del registro de morosos. Las resoluciones judiciales obligaron al banco a sacarle de la lista, pero le mantienen como persona "en quiebra". Eso le impide suscribir préstamos. El SCH no atendió los requerimientos de este diario para dar su versión.
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