Zapatero responderá a las críticas por la intervención en la OPA sobre Endesa
El presidente del Gobierno apoya la idea de mercado único del presidente de la Comisión
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quiere un mercado único europeo y un organismo regulador único de la energía, cuya inexistencia ha sido puesta de manifiesto por la intervención del Gobierno en la OPA de la alemana E.ON sobre Endesa. Éste es el planteamiento de medios gubernamentales, al inaugurarse, hoy en Bruselas, el primer Consejo Europeo al que Zapatero acude bajo la sospecha de no cumplir con Europa. Zapatero llega a la cumbre europea con el protagonismo y la expectación derivados del anuncio de la tregua de ETA.
La inmigración, otro tema español, completa una agenda que arranca de la modernización de la economía.
"El presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, acaba de denunciar que no se puede seguir con 25 mercados aislados de la energía. El presidente Zapatero suscribe totalmente esa idea, y no puede admitir que se le haga responsable del estado actual de las cosas. Él se ha limitado a describir la realidad: que en Europa circulan libremente los capitales, pero no la energía", explica una fuente oficial, consciente de que, aunque las diferencias entre España y la Comisión Europea en torno a la OPA alemana no estén en la agenda del Consejo, sí son "cuestiones que flotan en el ambiente", cuando los Veinticinco se disponen a debatir una política común que garantice que sus economías tendrán el gas y el petróleo que necesitan.
"España quiere estar a la vanguardia de ese proceso", reiteran las fuentes. Lo demás son interpretaciones viciadas. Se ha dicho que el rechazo gubernamental a la entrada de la empresa alemana en Endesa es contrario al mercado único, cuando la economía española "es la más abierta de Europa después de la británica y tiene liberalizado todo el sector energético, a diferencia de Francia y Alemania. No hay marcha atrás", asegura un diplomático, que resume así la "atipicidad" del mercado de la energía: mientras que la integración europea de las telecomunicaciones estuvo precedida por la elaboración de un marco regulatorio común, como se ha hecho siempre en Europa, en el sector energético, siendo el más estratégico, no hay nada.
Zapatero considera prioritaria la integración continental de los organismos reguladores nacionales, pero la prensa internacional valora a veces con escepticismo y hasta irritación estos propósitos, que, tras la intervención en la OPA, pueden parecer hipócritas. Moncloa responde con argumentos sencillos, perfilados con la fuerza del eslogan: no se pueden infringir unas normas que no existen; no hay ningún pero que plantear por que España haga lo mismo que los otros socios. "Cuando se apruebe el decreto de reforma de la Comisión Nacional de la Energía [contestada por la Comisión, porque capacita a ese organismo para vetar la OPA de E.ON], España no será más proteccionista que Alemania, y seguirá muy lejos de Francia e Italia [donde la energía sigue siendo estatal]", asegura un portavoz gubernamental.
Declaración hispano-polaca
La misma fuente recuerda que Berlín ha reconocido que podría vetar cualquier OPA sobre la división gasística de E.ON, que factura dos tercios del total de la empresa. Y añade que Madrid investiga si los contactos previos entre la firma alemana y Endesa "pudieron generar información privilegiada".
Zapatero tendrá que emplearse personalmente en defender estas ideas, aunque, dada la brevedad de la cumbre, sus colaboradores ven imposible prever si se entrevistará bilateralmente con otros líderes. Las propuestas conjuntas hispano-francesas, de las que se habló tras la reciente visita a Madrid del primer ministro galo, Dominique de Villepin, no se han concretado. El desayuno con los líderes de Francia y Alemania que se hizo habitual hasta la salida de Schröder tampoco está previsto, porque Angela Merkel, la nueva líder germana, no es partidaria de ese tipo de encuentro. España ha firmado, en cambio, una declaración conjunta con Polonia en apoyo del mercado común de la energía.
Los dos países padecen, desde los extremos norte y sur de la Unión, la misma carencia de fuentes propias y la misma dependencia de las externas. Ambos sintonizan perfectamente, por ello, con los objetivos del primer Libro Verde elaborado para la Comisión para animar el debate sobre la energía: diversificar los suministros, elevar la competitividad de la industria energética europea, reforzar la sostenibilidad del sector, unificar la política exterior comunitaria en este campo y potenciar las interconexiones.
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