Los Veinticinco tratan de impulsar una política energética común para la UE
Los jefes de Estado y de Gobierno intentan en Bruselas un acuerdo de asociación con Rusia
Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veinticinco intentarán dar respuesta a los múltiples desafíos que afronta Europa ante los crecientes problemas energéticos. El objetivo principal de la cumbre europea, que se celebra hoy y mañana en Bruselas, es alcanzar un consenso para diseñar una política europea de la Energía. Los debates provocados por las reacciones proteccionistas a las OPA transfronterizas han situado en un segundo plano los verdaderos problemas derivados de la creciente dependencia exterior y la inexistencia de mercados europeos de gas y electricidad.
La situación de gravedad ha quedado puesta de manifiesto durante el pasado fin de semana por el rechazo de Rusia, principal proveedor de gas y petróleo de la UE, a firmar la carta de la energía, que daría una mayor estabilidad al suministro, y por la negativa de Moscú a aumentar las interconexiones europeas con las rusas. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, ha reconocido la urgencia de alcanzar una asociación con Rusia, que se fundamentaría sobre la base de reforzar las inversiones europeas en aquel país. Los recientes acuerdos entre Rusia y China suponen un problema añadido para la Unión Europea, que puede ver amenazada la estabilidad de los suministros.
El debate sobre la conveniencia o no de aumentar la participación de la energía nuclear para aumentar la autonomía y reducir la dependencia exterior, que ha sido sugerido formalmente por Francia, planeará en toda la reunión. La decisión del mix energético, es decir, la proporción de cada fuente de energía sobre la producción total, es un asunto sobre el que los Estados miembros tienen plenas y exclusivas competencias. Algunos Estados, como Austria, se muestran radicalmente en contra al uso de esta fuente energética y otros han establecido moratorias a la construcción de nuevas instalaciones.
Lista de desafíos
El borrador de conclusiones de la cumbre, que ha elaborado la presidencia austriaca, contiene una larga lista de desafíos que revelan la situación de fragilidad en que se encuentra la economía europea por la incertidumbre energética. Los principales retos identificados son: dificultades en los mercados de gas y electricidad por la subida de los precios y, sobre todo, por la inestabilidad de los suministradores. A la crisis entre Rusia y Ucrania de principios de año, hay que añadir la situación de guerra de Irak, uno de los principales proveedores, y la creciente inestabilidad de Irán.
El documento de la presidencia, que recoge buena parte de las sugerencias del Libro Verde, elaborado por la Comisión Europea, destaca como otros retos el incesante aumento de la dependencia exterior que pasará del 50% actual al 70% en 2030; el aumento de la demanda internacional por el tirón de China e India; los problemas de seguridad en la producción y el transporte, la amenaza del cambio climático por abusos en ciertos tipos de producción, la inexistencia de mercados integrados, la falta de transparencia y la lentitud en el desarrollo de energías alternativas. Las conclusiones señalan también con preocupación la necesidad de abordar importantes inversiones industriales, que según los distintos estudios oscilan entre los 600.000 millones y el billón de euros en los próximos 20 años.
Triple objetivo
La política energética europea sobre la que han trabajado la Comisión y la presidencia austriaca plantea un triple objetivo: Asegurar el abastecimiento, lograr un modelo energético que aumente la competitividad de la economía y garantizar que los nuevos usos energéticos sean respetuosos con el medio ambiente. En relación con asegurar el abastecimiento se planteará una ampliación de la lista de los países que aprovisionan Europa con especial atención al norte de África, y especialmente con Argelia.
Entre las medidas concretas que se propugnan destaca la intensificación de las conexiones entre los distintos países, implementar el programa de eficiencia energética para mediados de 2006 y, sobre todo, desarrollar un mercado interior de la energía.
Una de las medidas que ha desatado más polémica es la creación de un regulador energético europeo, que había propuesto la Comisión, y al que se opusieron Francia, Alemania y el Reino Unido. En su lugar, el Consejo sugiere intensificar la coordinación entre los reguladores existentes en los distintos países.
Para el desarrollo de este mercado interior, los jefes de Estado y de Gobierno impulsarán la creación de mercados regionales de la energía como fase intermedia. Al modelo nórdico ya en funcionamiento, se sumará el proyecto que uniría los mercados de Francia, Alemania y el Benelux, el llamado mercado ibérico formado por España y Portugal y el que podrían formar los países Bálticos con Polonia.
EL DESAFÍO ENERGÉTICO DE LA UNIÓN EUROPEA
-Durão Barroso ha reconocido la urgencia de reforzar las inversiones europeas en el sector energético ruso
-La sugerencia de Francia de aumentar el peso nuclear provoca controversia y planeará sobre la reunión
-El borrador de las conclusiones elaborado por Austria revela la fragilidad de la economía europea
-Entre los principales problemas destacan el alza de los precios y la inestabilidad de los suministradores
-La Comisión Europea augura que la dependencia energética exterior pasará del 50% actual al 70% en 2030
-Diversos estudios cifran en un billón de euros las inversiones industriales necesarias en 20 años
-El plan europeo tiene tres objetivos: asegurar el abastecimiento, mejorar la competitividad de la economía y garantizar el respeto al medio ambiente
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