Reconocer un infarto

Los síntomas del infarto pueden ser muy claros, súbitos y agudos, o difusos, inespecíficos y mantenidos durante días. Los expertos sostienen que es mejor "pasarse al acudir a urgencias o llamar al médico", aunque luego se confirme que eran gases o un ataque de ansiedad (presentan síntomas similares), que tomarse el episodio con demasiada tranquilidad y esperar, puesto que la mitad de los infartados muere antes de llegar al hospital.

"La mayoría de los pacientes refiere un dolor intenso en el centro del pecho que oprime y genera sensación de asfixia y de amenaza de muerte. A veces se produce ibnervación dolorosa hacia el brazo y el hombro izquierdos o el cuello. La verdad es que el umbral al dolor es muy subjetivo y muy difícil de objetivar y medir. Hay pacientes con infarto que minusvaloran su dolor y otros que apenas lo tienen y se quejan mucho. En cualquier caso, se suele tratar de una experiencia bastante desagradable y que asusta mucho, cuyas sensaciones a veces se perciben exacerbadas por el miedo y la angustia", explica el doctor Francisco García Cosío, jefe del servicio de cardiología del hospital público de Getafe (Madrid).

Según este especialista, un 20% de los infartos leves son asintomáticos y sólo se constatan como hallazgos casuales al hacer exploraciones médicas por otras consultas.

Ante la duda sobre un infarto "es importante considerar", como matiza el doctor García Cosío, "si el paciente reúne factores de riesgo cardiovascular; es decir, si es hipertenso, obeso, diabético, fumador, sedentario o tiene el colesterol elevado, y si, además, es varón de más de 50 años".

No obstante, "nunca hay que bajar la guardia". Si se trata de una mujer en edad fértil, supuestamente protegida por los estrógenos, o de un varón joven sin ningún factor de riesgo, lo más probable es que se trate de otra entidad pasajera no cardiaca. "Pero es mucho mejor", dice García Cosío, "que esto se confirme o descarte ya en el hospital mediante el electrocardiograma y unos análisis de sangre que reconozcan los marcadores de infarto. Lo único que puede hacerse es que el paciente no lleve ropa que le oprima, y que, en la medida de lo posible, intente mantener la calma y no perder el control, ya sea mientras espera la llegada de los servicios de emergencia o va al hospital. Lo ideal es que, en este último caso, aunque el propio enfermo se vea con fuerzas para conducir, sea llevado al hospital en un taxi o por otras personas, para no incrementar el esfuerzo cardiaco".

No obstante, cada vez es más frecuente ver llegar a los hospitales personas jóvenes, de menos de 40 años, que no presentan ningún factor clásico de riesgo cardiovascular, pero que son consumidores de cocaína, puesto que esta droga acelera el ritmo cardiaco y favorece la formación de coágulos o trombos.