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Duros y pragmáticos cierran filas en Teherán ante la crisis nuclear

"Irán representa el principal desafío para EE UU", advierte Condoleezza Rice

Ángeles Espinosa

El régimen iraní ha cerrado filas ante la crisis nuclear. El envío de su caso al Consejo de Seguridad de la ONU ha enterrado las diferencias que habían salido a la superficie entre un sector duro, encabezado por el presidente Mahmud Ahmadineyad, y otro pragmático, dirigido por el poderoso Alí Akbar Hachemí Rafsanyani. La catarata de declaraciones a favor de la unidad nacional incluyó ayer al líder supremo.

"Irán resistirá a cualquier presión y continuará su programa nuclear", zanjó el ayatolá Alí Jamenei. "El pueblo iraní y los responsables de la República Islámica de Irán, más poderosos que nunca, resistirán como el acero a cualquier presión o conspiración", declaró la más alta autoridad del Estado en una intervención televisada ante la reunión bianual de la Asamblea de Expertos (responsable de la designación del líder y la supervisión de su trabajo).

Durante las últimas semanas, la insistencia de la prensa local en los avances y posibilidades de un acuerdo con Rusia (para el enriquecimiento industrial de uranio en su territorio) habían convencido a muchos analistas de que los pragmáticos habían conseguido el apoyo del líder frente a los ultraconservadores. Pero aunque desde la elección de Ahmadineyad, Jamenei ha terciado en la escena política más de lo que acostumbra, la realidad es que nunca han existido diferencias fundamentales entre ambos sectores.

El debate político se ha centrado todo este tiempo en la forma y no en el contenido. Las críticas de los pragmáticos (los reformistas carecen de peso desde su derrota en las elecciones del año pasado) no han entrado en la cuestión clave de la oportunidad o conveniencia del programa nuclear.

"Para ellos se trata de un valor estratégico sin otro propósito más allá y, por lo tanto, prefieren evitar la confrontación con la comunidad internacional", interpretaba un observador local, en vísperas de la reunión de Viena.

Sin embargo, el presidente y su equipo han visto en el programa nuclear un instrumento político que puede ayudarles a avanzar su agenda. Eso, unido a una cierta componente mesiánica en sus convicciones políticas, aleja de ellos el temor a desatar la inestabilidad política. "Están convencidos de que puede beneficiarles", asegura incluso un analista. De ahí la certeza reiterada ayer por Ahmadineyad de que Occidente tiene más que perder que Irán en este pulso y sus continuas referencias a las buenas relaciones con sus vecinos (a los que en los últimos días ha despachado enviados con mensajes personales).

Jamenei esgrimió también ayer el argumento oficial de que Washington "utiliza la cuestión nuclear como un pretexto para enfrentarse al régimen islámico". Esta línea de razonamiento no puede sino unir a todas las fuerzas del régimen cuya supervivencia, estiman tanto observadores locales como extranjeros, "necesita un enemigo al que responsabilizar de sus fracasos". Más cuando buena parte de los miembros de la Asamblea de Expertos consideran que el líder ha sido elegido por Dios y, en consecuencia, es infalible.

Pretextos de EE UU

Rafsanyani, que perdió las elecciones presidenciales frente a Ahmadineyad, a pesar de ser uno de los hombres más poderosos de Irán, también abundó en el mismo sentido durante su intervención ante la Asamblea el día anterior. "Las actividades nucleares son sólo uno de los pretextos del Gobierno de Estados Unidos, junto a los derechos humanos y la campaña contra el terrorismo, para impedir el progreso de la república islámica", aseguró en su turno como vicepresidente de esa Cámara.

[La secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, advirtió ayer que Irán representa "el principal desafío" para la política exterior norteamericana, informa Reuters. "Irán es el banquero central del terrorismo", afirmó Rice.]

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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