España, por debajo de la media europea
Bruselas promueve la adopción de políticas activas para acabar con la discriminación
La igualdad entre hombres y mujeres en Europa está aún muy lejos de haberse alcanzado. Es lo que se desprende del informe que la Comisión Europea hizo público ayer y según el cual, las mujeres europeas tienen más dificultades para acceder al empleo, y cuando lo logran, ganan un 15% menos que los hombres. La dificultad de conciliar la vida familiar y la laboral favorece además que la tasa de empleo de las mujeres sea también un 15% menos que la de los europeos. España figura como uno de los países donde la diferencia de hombres y mujeres que trabajan es mayor y aparece por debajo de la media europea en casi todos los indicadores de igualdad.
Además, un año más, el número de mujeres al frente de grandes empresas vuelve a ser ínfimo: apenas un 3% de estas compañías están dirigidas por mujeres. Junto a estos datos, una noticia positiva: el 75% de los nuevos puestos de trabajo creados en 2005 en Europa fueron ocupados por mujeres.
"No es aceptable que la mitad de la población europea obtenga menos beneficios que la otra mitad. Necesitamos compromisos al más alto nivel para reducir las diferencias de género", manifestó el comisario europeo de Empleo y Asuntos Sociales, Vladimir Spidla, para quien la discriminación de género, más allá de cuestiones morales y de igualdad, supone un importante obstáculo para el crecimiento económico y para hacer frente al creciente envejecimiento de la población. El informe hecho público ayer será sometido a estudio en la cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno europeos de este mes. La brecha del desempleo entre hombres y mujeres se reduce poco a poco. En 2005, la tasa de ocupación de las europeas alcanzó el 57%, frente al 55,7% del año anterior, pero este incremento se produjo en profesiones tradicionalmente femeninas. Cuando se trata de trabajos con salarios altos, la distancia no se reduce. Y tampoco salen bien paradas respecto al trabajo a tiempo parcial, que lo desempeñan un 32,6% de mujeres frente al 7,4% de hombres.
Con estos datos, Bruselas concluye que los Estados Miembros de la UE deberán tener en cuenta la cuestión de género en todas sus políticas para alcanzar los objetivos de crecimiento económico y modernización que se fijó en Lisboa para el año 2010. El Ejecutivo comunitario recomienda a los Veinticinco adoptar políticas que hagan posible que hombres y mujeres puedan conciliar vida familiar y trabajo, porque esas medidas, además de fomentar la incorporación de la mujer al empleo, animarían a las familias a tener más hijos y, por tanto a luchar contra el envejecimiento en Europa.
Ante la evidencia de que queda mucho por hacer en el terreno de la igualdad, el comisario Spidla presentó ayer en Bruselas una Hoja de Ruta para la igualdad entre mujeres y hombres, que recoge las actividades y políticas que los países europeos deberán poner en marcha en los próximos cinco años. Entre ellas, la creación de un Instituto europeo para la igualdad de género, dotado con 52 millones de euros, que empezará a funcionar en 2007. La Hoja de Ruta propone además, medidas para promover la participación de las mujeres en los puestos de decisión y para acabar con la violencia de género y el tráfico de mujeres.
"La igualdad de sexos es un medio para contar con potencial humano capaz de jugar un papel clave en la construcción de una Europa más competitiva", dijo ayer Spidla, a la vez que destacó como logros españoles la composición del Ejecutivo y la aprobación de la ley contra la violencia de género.
EMPLEO: En la cola
España figura en el grupo de países europeos donde la grieta entre la tasa de ocupación de hombres y la de mujeres continúa siendo preocupante, a pesar de que en Europa esta distancia se ha acortado cerca de tres puntos porcentuales (del 18,1% al 15,2%). España aparece en este capítulo en el grupo de Grecia, Malta, Italia, Luxemburgo y Chipre, donde la diferencia alcanza los 20 puntos. A la cabeza se sitúan, como es habitual, los países nórdicos.
TEMPORALIDAD: Un tercio
El número de mujeres que no trabajan la jornada completa sigue siendo mucho más alto que el de los hombres. Esta tasa varía entre los Veinticinco: mientras que en algunos países miembros sólo una de cada diez mujeres trabaja a tiempo parcial, en otros como Alemania, la proporción llega hasta el 40%.
España figura por debajo de la media europea, es decir, menos del 32,6% de las mujeres españolas están empleadas a tiempo parcial.
PODER ECONÓMICO: Bajo mínimos
En el campo político cada vez hay más mujeres que ocupan un escaño en Europa. Aún así, sólo el 23% de los asientos del Parlamento los ocupan mujeres. España figura en este apartado entre los países donde esta proporción supera un tercio. En el campo económico sin embargo, la representación femenina sigue bajo mínimos. Sólo un 10% de ellas ocupan puestos de alta dirección en empresas privadas en Europa. En España, su representación se reduce a la mitad.
EDUCACIÓN: Mejores notas
España está por debajo del nivel de la UE en mujeres con estudios secundarios finalizados. Las mujeres obtienen mejores calificaciones y son más numerosas en las universidades (59% de todos los licenciados). La participación de europeas en el doctorado se rebaja (43%), y también en el profesorado (15%). Sin embargo, en las carreras de ciencias y en las ingenierías predominan los hombres. En cuanto a la formación continuada, más mujeres que hombres participan en ella.
SALARIO: Un 15% menos
Las mujeres ganan un 15% menos que los hombres, de media. Se debe a que el trabajo femenino se concentra en sectores menos remunerados, pero también a que realizando el mismo trabajo ellas cobran menos. España está bajo de la media europea de diferencia de salarios. El cambio de método de cálculo puede contribuir al empeoramiento de los datos entre 1999 y 2004 (ver gráfico). La tasa de empleo para mujeres sin hijos es del 75,4%, y con hijos se reduce hasta el 61,1%.
SALUD: Las más sanas
Las mujeres españolas ocupan el segundo puesto en Europa, sólo por detrás de Italia, en años estimados en que una persona puede vivir sin limitaciones físicas. En el caso de España, llegan a los 70 años, por encima de los varones. Por otro lado, la media de edad en las que las mujeres tienen su primer hijo varía notablemente entre los Veinticinco aunque se registra una tendencia ascendente. En los países bálticos las madres tienen a su primogénito a los 24,5 años; en España a los 29.
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