Los sindicatos apoyan el proyecto, y la patronal rechaza las imposiciones

El Gobierno ha hecho partícipes a la patronal y los sindicatos de todos los aspectos laborales contenidos en la futura ley de igualdad. Tras varias semanas de conversaciones en la mesa de la reforma laboral, los sindicatos han quedado satisfechos con el resultado, pues el Ejecutivo ha recogido prácticamente todas sus reivindicaciones. La patronal, en cambio, se opone a las imposiciones que establece la ley.

Los sindicatos hicieron especial hincapié en la obligación de negociar planes o al menos medidas de igualdad para todas las empresas. Lo contrario les parecía "una mera declaración de intenciones", según han expresado en numerosas ocasiones. Tras la última reunión de ayer, UGT y Comisiones Obreras ofrecieron un visión distinta del anteproyecto de ley. "El Gobierno ha estado en disposición de asumir prácticamente todas las propuestas de las organizaciones sindicales", explicó Carmen Bravo, de CC OO. Almudena Fontecha, de UGT, añadió: "Se ha producido un avance en la consolidación de la igualdad real en el país".

Las centrales mantienen, eso sí, su discrepancia respecto a la duración del permiso de paternidad. Piden que se prolongue durante un mínimo de cuatro semanas, una demanda que de momento tendrá que esperar.

La visión de la CEOE difiere sustancialmente de los sindicatos. Pese a que el Ministerio de Trabajo asegura haber aceptado algunas sugerencias patronales (suprimir el papel de organismos como el Instituto de la Mujer en el seguimiento de los planes de igualdad y eliminar las comisiones paritarias de igualdad), los empresarios rechazan las medidas impositivas y en su lugar proponen hablar de estímulos.