La policía investiga el robo de los cuadros del museo de Río de Janeiro

Cuatro hombres, armados con ametralladoras y bombas, robaron el viernes obras de Pablo Picasso, Salvador Dalí, Claude Monet y Henri Matisse en el Museo Chácara do Céu, en el centro de Río de Janeiro. Los ladrones salieron a la calle con los cuadros en la mano y se los colocaron encima de la cabeza confundiéndose entre la muchedumbre que danzaba en una comparsa de carnaval. La policía teme que las obras sean sacadas del país.

Los carnavales acababan de explotar en todas las calles de Río cuando cuatro hombres armados con ametralladoras y granadas de mano asaltaron, la tarde del viernes, el Museo Chácara do Céu, en el castizo barrio de Santa Teresa, que fue construido por los portugueses imitando el barrio de la Alfama, en Lisboa, llevándose obras de Picasso, Dalí, Monet y Matisse.

Los ladrones se llevaron las obras La danza (1956), de Picasso; Dos balcones (1929), de Dalí; Marina (1880-1890), de Monet, y Los jardines de Luxemburgo (1903), de Matisse. El robo, según la policía, duró en total 20 minutos, en los cuales los atracadores tuvieron tiempo para dejar limpios de pie a cabeza a cuatro turistas y cuatro funcionarios que se encontraban en el museo. Los turistas, dos estudiantes australianas y un matrimonio de neozelandeses, fueron encerrados en un cuarto bajo la amenaza de hacer explotar una bomba a mano si gritaban.

El cuadro Dos balcones, de Salvador Dalí, era el único que pertenecía a una colección pública de América Latina. La danza, de Pablo Picasso, es de la colección Castro Maya. Las obras robadas pertenecían al empresario y mecenas Raimundo de Castro Maya (1894-1968), cuya colección pasó hace 23 años al Estado. El mecenas vivió en la casa donde está ubicado el museo.

La directora del Museo Chacara do Céu, Vera Alencar, comunicó el robo al ministro de Cultura, Gilberto Gil, y éste alertó a la Policía Federal. La responsable de la pinacoteca, Vera Alencar, cree que los ladrones "sabían muy bien lo que buscaban". La policía baraja tres hipótesis: que el robo haya sido organizado por traficantes internacionales de arte, que algún particular rico organizó el robo para adueñarse de las obras de los famosos pintores, o que se pida un rescate por su devolución. Además de los cuatro cuadros, los ladrones se llevaron también una edición de Toros, un libro de grabados de Picasso.

Los ladrones, vestidos con vaqueros y camisetas, salieron con los cuadros encima de la cabeza usándolos de sombrero y se encaminaron hacia la calle Joaquim Murtinho, donde en ese momento desfilaba un bloque de carnaval con 10.000 personas, para confundirse entre la multitud. Con los cuadros sobre sus cabezas, se pusieron a bailar como si se tratara de una excentricidad carnavalesca. Desde entonces se perdió la pista de los ladrones.

El director del Departamento de Museos del Ministerio de Cultura, José Nascimento Júnior, aseguró ayer que no hubo fallos en la seguridad del museo. "Contra granadas y ametralladoras", dijo ayer a Folha de São Paulo, "no existe circuito interno ni seguridad que valga". De hecho, los ladrones, tras rendir a funcionarios y turistas, rompieron todos los sistemas de vídeo y alarma internos del museo. Según Nascimento, la seguridad del museo había sido encomendada a una empresa privada. Además, dijo que parte de los cerca de 95 millones de reales (37 millones de euros) invertidos en 2005 en el sector cultural fueron destinados a reforzar la seguridad de sus instituciones.