Zapatero promete una Universidad "con mayor autonomía y flexibilidad"

La Universidad española tendrá "mayor autonomía, responsabilidad y más medios para ser más flexible". Lo dijo ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la presentación del informe anual de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, un estudio que destaca el divorcio entre la Universidad y la empresa y recomienda vincular la financiación de la primera a objetivos cumplidos. La presidenta de la fundación, Ana Patricia Botín, pidió más recursos para los campus, pero también mayor autonomía y transparencia en la gestión.

Las universidades y las empresas españolas viven de espaldas. Entre el 81% y 83% de las empresas españolas reconoce que nunca se ha acercado a un campus para colaborar en un proyecto de investigación ni contratar servicios científico técnicos. Entre 2001 y 2003 sólo el 4% de las empresas innovadoras cooperaron con las universidades (la media europea es del 5,5%) y la financiación empresarial de I+D en los campus ha descendido en el mismo periodo del 8,7% al 6,4% del total. Estos son algunos de los resultados del informe anual de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (C y D), formada por una veintena de empresas, entre ellas Telefónica, la Fundación Cultural Banesto o la Fundación Santillana.

Aunque ninguna sobresalga especialmente por su nivel de excelencia, las universidades españolas tienen un nivel medio "aceptable" en generación de conocimientos: las publicaciones científicas españolas representan ya el 2,8% de la producción mundial. Sin embargo, su nivel es bajo en cuanto a su aportación al desarrollo empresarial, esto es, registro de patentes, transferencia tecnológica o colaboración con empresas. Los ingresos por licencias de patentes en 2003 fueron de 1,7 millones de euros, 700.000 más que el año anterior, pero "aún muy reducidos".

El estudio de C y D propone flexibilizar la legislación para que cada universidad tenga un modelo propio de gestión, "ya que la excesiva uniformidad impide la iniciativa", explicó ayer el presidente del Comité Ejecutivo de la fundación y presidente de INDRA, Javier Monzón.

Para ello, las universidades han de perseguir objetivos concretos y evaluables, crear su propia oferta de títulos y su modelo de contratación de profesorado, añadió Monzón al resumir algunas de las recomendaciones del informe. Incluso se propone que sean las universidades las que establezcan los precios públicos de las carreras dentro de un abanico que fijen las comunidades autónomas y que seleccionen a sus alumnos de forma autónoma.

La fundación considera imprescindible el acercamiento de las empresas a la organización de las universidades. El 97% de las 400 empresas consultadas para este trabajo considera que las universidades deberían promover actitudes emprendedoras, el 90%, que deben favorecer la creación de empresas de base tecnológica y el 87%, que deberían potenciar la estancia de profesores en las empresas y de investigadores en las universidades. El presidente de la Conferencia de Rectores, Juan Vázquez, reconoció que la universidad debe hacer "serios esfuerzos para mejorar sus rendimientos y sus métodos docentes así como ganar en calidad y eficiencia", pero también reclamó mayor autonomía e incentivos y menos normativa.

Así se lo prometió el presidente del Gobierno, quien se refirió a la reforma de la Ley Orgánica de Universidades, que, "en unas semanas", deberá estar en el Parlamento. Es el momento "oportuno", dijo, para afrontar el "cambio estratégico que requiere la universidad para promover el espíritu emprendedor". Zapatero aseguró que habrá cambios normativos para agilizar la relación entre la universidad y la empresa. Y recordó las inversiones en I+D+I que proyecta el Gobierno. El presidente citó la extensión de la educación obligatoria y la incorporación progresiva de la mujer a todos los ámbitos de la sociedad, como los dos factores que han propiciado mejoras económicas en el país. Pero dijo que el objetivo debe ser duplicar la inversión en I+D+I en los próximos años.

En la actualidad, uno de cada 75 españoles (el 1,5% de la población activa) está vinculado directa o indirectamente a la universidad. Ana Patricia Botín también recordó que la universidad debe conseguir una "mejor capacidad de adaptación a las demandas sociales".