Irán intenta ganar tiempo para que su plan nuclear no llegue a la ONU
Irán intenta alargar al máximo las conversaciones con Rusia para evitar la entrega del informe nuclear al Consejo de Seguridad de la ONU. A ojos de diversos comentaristas rusos, ésta era la conclusión que merecían las últimas conversaciones ruso-iraníes para la creación de una empresa mixta que enriquezca el uranio de Teherán en Rusia. Tras las conversaciones que comenzaron en Moscú el lunes y se prolongaron ayer por la mañana, la delegación iraní abandonó la capital rusa satisfecha y sin cejar en el empeño de realizar el ciclo nuclear completo en su territorio.
Con todo, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, evitaba ser pesimista. Lavrov dijo que las conversaciones continuarán y advirtió de que, hasta su conclusión definitiva, deben evitarse palabras como "fracaso" o "revés". El jefe del comité de exteriores de la Duma Estatal (Cámara baja del Parlamento), Konstantín Kosachev, por su parte, lamentó que Irán no haya hecho concesiones ni muestre suficiente buena voluntad.
El presidente de Rosatom (ministerio de energía atómica ruso), Serguéi Kiriyenko, viaja esta semana a Irán, donde visitará la central nuclear de Busher, que es construida por especialistas de su país.
En Moscú, los comentaristas son más explícitos que los políticos. Serguéi Márkov, un politólogo próximo al Kremlin, manifestaba ayer a Interfax que las consultas ruso-iraníes son "un dolor de cabeza interminable". En su opinión, Irán "intentará prolongar al máximo las conversaciones porque mientras éstas sigan, son prácticamente nulas las posibilidades de que el informe nuclear sea entregado al Consejo de Seguridad de la ONU y, en consecuencia, también la perspectiva de sanciones económicas".
Alargar las conversaciones
Markov manifestó que, mientras sea posible, Irán negociará con Rusia, "presentando exigencias cada vez más duras y bordeando el fracaso, pero sin llegar a él". Según el politólogo, la "diplomacia rusa está interesada en unas dilatadas conversaciones con Irán", porque las empresas se benefician de los contratos y porque Rusia refuerza su papel internacional como país del que depende la resolución de uno de los problemas actuales más importantes.
Si EE UU se decide a una guerra con Irán, Rusia podría convertirse en "el traidor que ayudó a Irán a ganar tiempo y a construir poco a poco una bomba atómica", advierte Valeri Pániushkin en Kommersant. Irán está dispuesto a fundar una empresa mixta que enriquezca el uranio en Rusia, pero sólo durante dos años. En ese periodo, los iraníes se prepararían para enriquecer uranio ellos mismos, gracias, entre otras cosas, al acceso a la empresa mixta con Rusia.
Una fuente de la delegación rusa citada por Kommersant afirmó que el lunes no había ni la más mínima esperanza de acuerdo. El jefe de la delegación iraní, Seied Ali Hosseintash, en cambio, valoró ayer las negociaciones en Moscú de forma positiva y afirmó que la posibilidad de llegar a un acuerdo está aún abierta.
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