Los partes de guerra viajan a Salamanca
El Instituto Cervantes de Londres entrega al Archivo documentos históricos del bando de Franco
Por solidaridad con la ciudad de Salamanca y por cuestiones prácticas, se desprende el Instituto Cervantes de Londres de sus documentos relacionados con la Guerra Civil española. La iniciativa partió del actual director, el escritor leonés Juan Pedro Aparicio, al revisar la biblioteca de Eaton Square, con sus cerca de 25.000 títulos catalogados. "Es un biblioteca de préstamo, con un rico fondo audiovisual, que utilizan principalmente nuestros alumnos. Los investigadores apenas consultan los documentos históricos", explica Aparicio.
El fondo de la Guerra Civil contiene dos importantes colecciones de telegramas del bando franquista y artículos de prensa en inglés que, según Aparicio, "construyen narrativas específicas" de la evolución de los eventos en las dos Españas enfrentadas y de su efecto en la política y sociedad británicas. Los telegramas están pegados sobre hojas de papel numeradas del 1 al 5.304 y encuadernados en 24 volúmenes. Entre ellos, se descubren partes de guerra recibidos por el duque de Alba Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, embajador de Franco en Londres, informes sobre las relaciones exteriores de la España azul y actos sorprendentes como la condecoración por parte de Franco de Harold Philby, periodista británico y espía comunista. "Los telegramas son fascinantes", dice el historiador Paul Preston.
Entre 10.000 y 15.000 artículos periodísticos, ordenados temáticamente, se conservan en la biblioteca del Cervantes, provenientes de la embajada. Preston consultó los recortes al preparar su biografía de Franco y, según rememoró esta semana en Londres, "ofrecen un resumen completísimo de la prensa inglesa, la cual tenía una enorme influencia en los estados de opinión tanto de la derecha como de la izquierda de este país". Una tercera colección histórica, de panfletos propagandísticos editados por ambos lados de la contienda, se queda en Londres. El resto viajará en unas semanas a la biblioteca del Cervantes en Alcalá de Henares antes de llegar a su destino final, en el Archivo de Salamanca.
"Sugerí su traslado al director del Instituto, Cesar Antonio Molina. Soy solidario con la ciudad de Salamanca, que puede sentirse despojada de algo que conserva desde hace tiempo", dice Aparicio en alusión a los papeles de Cataluña. "No tiene mucho sentido guardar estos documentos en Londres. No tenemos espacio ni medios técnicos para conservarlos. Los cedemos pero los recuperaremos en formato digital", puntualiza. Preston apoya la cesión al archivo salmantino de dichos documentos y celebra su digitalización en tanto que, dice, "facilitará el trabajo de los investigadores".
En Londres, las colecciones de la Guerra Civil corren peligro de deterioro. Los telegramas parecen en buen estado pero, al consultarlos, cae un polvillo colorado cada vez que se manejan. Las carpetas de prensa están sucias y con sus muelles oxidados.
Babelia
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