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El Parlamento Europeo cuestiona la política de flexibilidad hacia Cuba

Los europarlamentarios socialistas se suman a las críticas a Castro

El Parlamento Europeo debatió ayer una resolución sobre Cuba que confirmó el creciente alejamiento entre la Eurocámara y el régimen de La Habana. Era la tercera vez en año y medio de legislatura que la situación en la isla era sometida a debate, pero en esta ocasión a partir de una resolución de consenso a la que se sumó el grupo socialista. En cuestión se hallaba la política de flexibilidad hacia el castrismo adoptada por la Unión hace ahora un año. "No ha tenido el éxito esperado", reconoció la presidencia austriaca de la Unión. El Parlamento pedirá hoy a los gobiernos de la Unión, y por aplastante mayoría, "que obren en consecuencia".

La resolución logrará el nutrido respaldo de una Eurocámara decepcionada por la falta de avances en la isla, a pesar del cambio de estrategia inspirado por el Gobierno español hace un año, cuando se reanudaron las visitas de alto nivel a La Habana y se eliminaron otras posiciones críticas. "Dicho con franqueza, la suspensión de sanciones no ha tenido el éxito esperado", reconoció el secretario de Estado austriaco para Asuntos Europeos, Hans Winkler.

La resolución "lamenta que no se hayan producido por parte de las autoridades cubanas las señales significativas que la Unión Europea viene reclamando en lo que se refiere al respeto pleno a las libertades fundamentales y, en especial, a la libertad de expresión y de asociación política, y condena el recrudecimiento de la represión así como el aumento del número de presos de conciencia". También aluden los eurodiputados al "recrudecimiento de la represión contra la oposición pacífica y los nuevos encarcelamientos".

El popular José Ignacio Salafranca evocó el "desconocimiento de los más elementales derechos en la isla" y el socialista Raimon Obiols señaló: "No podemos sino certificar que las autoridades cubanas no han dado las señales esperadas", aunque, según él, "las perspectivas de avances son mejores que con la anterior política que conducía a un callejón sin salida". En ello pareció estar de acuerdo la presidencia. "La Unión Europea no puede plantear nada por la fuerza", apuntó Winkler, quien reiteró como mejor salida el mantenimiento del diálogo crítico con las autoridades cubanas, además de seguir en contacto con los disidentes.

Los ministros de Exteriores de la Unión volverán en junio a tratar el asunto. Será entonces cuando el Consejo tenga ocasión de "obrar en consecuencia", como le reclama la Eurocámara.

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