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Los 'papeles' llegan al Archivo de Cataluña

La consejera Caterina Mieras disculpa el secreto que rodeó ayer el traslado de los legajos

Las 500 cajas con los documentos de la Generalitat republicana que salieron el pasado 19 de enero del Archivo Nacional de la Guerra Civil de Salamanca llegaron ayer a primera hora de la mañana a Cataluña. Se encuentran depositados en la quinta planta del Archivo Nacional de Cataluña, en Sant Cugat del Vallès (Barcelona), en donde en breve podrán ser consultados por los investigadores. El traslado se realizó de noche y sin previo aviso, lo que ha impedido contar con la imagen histórica del final feliz para Cataluña de una reclamación que se remonta a 1977.

"Comprendo los criterios de prudencia y seguridad que ha tenido el Ministerio de Cultura", señaló ayer Caterina Mieras, consejera de Cultura de la Generalitat, en la apresurada rueda de prensa que realizó en la misma sede del archivo unas tres horas después de la llegada de los documentos. No hubo muchos testigos del hecho -sólo un vecino captó imágenes en vídeo de una comitiva de turismos con dos furgonetas blancas y una azul cuando llegaban al archivo-, que se produjo hacia las ocho de la mañana. "Lo importante es que ya están aquí", añadió Mieras, que comentó que había sido advertida del traslado a las cinco de la madrugada y que estuvo en el archivo para recibirlos, algo que no llegó a poder hacer el director de ese mismo centro, Josep Maria Sans Travé, ya que, indicó, tenía el móvil desconectado y no recibió a tiempo el aviso.

Según el ministerio, el traslado se realizó por la noche por motivos de tráfico y seguridad, y tampoco hubo aviso previo a los medios para evitar un revuelo que igualmente se produjo unas horas después. En este sentido, ha sido un final que ha dejado un cierto mal sabor de boca a todos los implicados. Desde el Partido Popular se criticó de manera inmediata las formas del traslado. El portavoz parlamentario popular, Eduardo Zaplana, señaló a Servimedia que el Gobierno tiene "mala conciencia" y por esto "hace las cosas de tapadillo". La portavoz de Cultura del PP, Beatriz Rodríguez-Salmones, en la misma agencia, consideró "ofensiva" esta última etapa del traslado porque, indicó, "esa ocultación muestra una desconfianza inaceptable hacia quienes estamos en contra de la medida".

La Comisión de la Dignidad, la plataforma cívica que desde 2002 lidera la campaña para el retorno de los documentos expoliados a Cataluña, también realizó un comunicado en el que deja entrever su descontento: "Queremos remarcar que con este retorno se hace por primera vez un acto de restitución de un crimen del franquismo, de manera clara como lo recoge la ley, sin circunloquios, diciendo las cosas por su nombre. Por tanto, esta restitución no se tiene que hacer ni a escondidas, ni con pesar ni tímidamente. Es una satisfacción que tenemos que anunciar en voz alta. Hoy es un gran día para todos los ciudadanos de Cataluña y para los del resto del Estado y de Europa que creemos en la libertad y la democracia".

Toni Strubell, coordinador de la comisión, que ayer mandó un telegrama a la ministra de Cultura, Carmen Calvo, agradeciéndole sus gestiones, reconoció que les habría gustado que el traslado se hubiera hecho "a la luz del día" porque, indicó, desde el primer momento uno de los objetivos de la entidad ha sido hacer una labor pedagógica respecto al significado histórico de la restitución de los documentos expoliados con fines represivos por las tropas franquistas. De hecho, la entidad lanzó una segunda versión del comunicado en la que añadía un párrafo en el que lamenta "que el retorno físico de los papeles se haya hecho con cierta nocturnidad, como si de un hecho clandestino se tratara".

La ministra Carmen Calvo señaló desde Portugalete, donde inauguró el Museo de la Industria, que está orgullosa de pertenecer a un Gobierno "que ha sabido hacer algo justo con la historia de nuestro país, con la memoria y con la identidad de Cataluña, dentro de la identidad de España", informa Eva Larrauri. En relación con la nocturnidad del traslado, Calvo no entró en detalles, aunque señaló que "cuando los actos son de justicia, hay que hacerlos con mucha serenidad y tranquilidad, y con muchísima normalidad".

Desde el momento en que se conoció la llegada a Cataluña de los papeles se produjo un aluvión de declaraciones por parte de los políticos catalanes, que aunque en primer lugar se felicitaban por el retorno, ayer parecían haber roto la unanimidad de los últimos tiempos. Los populares insistían en dar el tema por zanjado y pedían "calma" en las celebraciones; los convergentes acusaban al PP de haber provocado con sus posiciones que el traslado hubiera tenido que hacerse con unas "ridículas" medidas de seguridad; los ecosocialistas recordaban que aún faltan otros muchos documentos y que CiU no fue capaz de conseguir el retorno durante sus muchos años de gobierno; ERC reclamaba más celeridad en la recuperación de la memoria histórica y la anulación del consejo de guerra al presidente Companys, que fue fusilado por las tropas franquistas; y los socialistas se felicitaban por lo conseguido hasta ahora.

Desde el Ayuntamiento de Salamanca, en cambio, se confiaba en que parte de los documentos "puedan volver" al archivo de la ciudad. Caterina Mieras, por su parte, insistió en que todo el proceso se ha hecho de forma clara y legal. No precisó el día en que se inaugurará la exposición sobre los papeles en el Palau Moja de Barcelona, aplazada desde el pasado 25 de enero.

Sede del Archivo Nacional de Cataluña, en Sant Cugat del Vallès, con una pancarta que celebra la llegada de los documentos de la guerra<i>.</i>
Sede del Archivo Nacional de Cataluña, en Sant Cugat del Vallès, con una pancarta que celebra la llegada de los documentos de la guerra.MARCEL·LÍ SÀENZ

El lío de las cajas

Si ya ha sido complicada y larga la historia de los papeles de Salamanca, el final parece digno de una novela de intriga, o de una comedia de enredo. La ley establecía que tenían que salir 507 legajos (cada uno de ellos compuesto de diversos expedientes que se conservan en una o más cajas-archivadores, según los casos), pero en el último momento la comisión mixta decidió que siete de ellos permanecerían en Salamanca y se trasladarían a Barcelona en la segunda fase del retorno.

De Salamanca salieron el 19 de enero, de madrugada y en carretilla, 500 legajos que han permanecido 12 días en Madrid en una accidentada y polémica escala que ya resultó difícil de justificar en su día.

Para liarla aún más, ayer la consejera de Cultura de la Generalitat, Caterina Mieras, comenzó su rueda de prensa así: "Los 507 legajos ya están aquí". Sorpresa y batería de preguntas a ella y a los responsables de Patrimonio y Archivos de la Generalitat, cuyas respuestas, por ambiguas y contradictorias, cada vez iban provocando más dudas de los informadores. Costó. Finalmente quedó claro y pudo comprobarse visualmente: llegaron 500 legajos.

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