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Reportaje:

El camino del cine para llegar a 'Brokeback'

Directores y actores explican el éxito de la película de Ang Lee y repasan los filmes predecesores

"Tal vez Ennis tenga que quedarse una temporada con su hija casada hasta que encuentre otro trabajo, y, sin embargo, lo embriaga una sensación placentera porque ha soñado con Jack Twist".

Es un pasaje que revela el alma del relato Brokeback Mountain (Siglo XXI), de Annie Proulx, en que se basa la película homónima de Ang Lee que cuenta una historia de amor que sufre los estragos de una sociedad hostil a la relación entre dos hombres. Una cinta que ha llevado a que Estados Unidos y los países donde se va proyectando reflexionen sobre las consecuencias de sus prejuicios e incomprensiones. Porque más allá de la ruptura del estereotipo del western, refleja otra etapa en la evolución de la mentalidad de la sociedad frente a este tema, sólo que en esta cinta va al principio de todo al mostrar la naturaleza casi pura de los sentimientos.

"Brokeback Mountain no hace más que poner las cosas en su sitio al hablar de una condición más del ser humano", coinciden los directores de cine Gerardo Vera, Ventura Pons y Antonio Hernández, el actor Leonardo Sbaraglia y buena parte de la prensa, además de las declaraciones dadas por Ang Lee, los protagonistas Heath Ledger y Jack Gyllenhaal, y la autora del relato.

Así es como la historia de Ennis del Mar y Jack Twist ha contribuido a sacar aún más este cine de sus reducidos circuitos cinematográficos y que se hable de la homosexualidad sin cuchicheos. Todo ello ayudados por el León de Oro de la Mostra de Venecia 2005, cuatro Globos de Oro, varios premios de la crítica y firme candidata a los Oscar.

Es que pocos temas como la homosexualidad reflejan en el cine la transformación del pensamiento de la sociedad sobre el mismo, escribe José Luis Sánchez Noriega en su Diccionario temático del cine. Para el cineasta, "la filmografía de temas homosexuales ha pasado de la criminalización y la negación de la homosexualidad hasta los años sesenta, a tratarla de manera humorística, a veces próxima a la ridiculización, y luego a la aceptación abierta en la década de los ochenta, hasta la apología en filmes de final del siglo XX". Incluso algunos se anticipan y lo tratan de forma integrada en la vida, "especialmente a partir de los noventa con un cine que reivindica el derecho a la orientación sexual y de normalización del hecho homosexual".

Brokeback Mountain ha llegado en el momento oportuno, sentencia la revista Time. El terreno estaba preparado. Han contribuido recientes cintas que han obtenido el favor de premios, crítica y público. Han mostrado ese mundo más allá del folclor, los tópicos y los estereotipos: Las horas, de Stephen Daldry; Lejos del cielo, de Todd Haynes; Boys don't cry, de Kimberly Peirce; Juego de lágrimas, de Neil Jordan; o Todo sobre mi madre, de Pedro Almodóvar. Para una repercusión parecida a la película de Ang Lee hay que remontarse a 1993 con Philadelphia, de Jonathan Demme, sobre el sida.

Es una muestra de que antes de Brokeback Mountain ya había vida homosexual en el celuloide. Sobre todo en Europa, incluida en la filmografía de muchos de sus grandes directores como Visconti, Bergman, Fassbinder, Pasolini, Chereau, Scola, Ivory, Frears o Techiné. "Llevamos leguas de libertad para poder hablar lisa y llanamente de la homosexualidad. Lo que ocurre es que en Estados Unidos hace décadas que perdieron el placer por contar historias. Así es que ¡bienvenidos al club de películas con contenido!", anuncia Ventura Pons, director de Amigo/Amado.

El eco que está teniendo esta obra se debe en parte, según Gerardo Vera, director de Segunda piel, a que "cuenta una historia atípica en un ambiente atípico y con personajes creíbles. Una historia de amor y sus dificultades, no una historia gay de amor. Trata valores universales contados de manera prodigiosa". Aunque recuerda que la sociedad estadounidense es machista y un tema como éste se convierte en tabú. "Además, muchos se ven reflejados en los personajes del filme, que funciona como un espejo en el cual algunos no quieren verse". Para Pons, otra parte del éxito se debe a la capacidad que tienen de promocionar sus filmes y generar debates que refuerzan la prensa de Nueva York y California. Lo positivo, afirma, es que está abriendo puertas y enseñando otras formas de expresión de sentimientos.

Ésa ha sido la intención del director de origen taiwanés, quien ha dicho que espera que su trabajo marque un antes y un después en cuanto al tratamiento de la homosexualidad en el cine: "Para mí, nunca fue una película sobre la homosexualidad, sino una preciosa historia de amor". De la ausencia. Del dolor de la ausencia que pudo evitarse. Quería mostrar que hay personas que no se aceptan y son incapaces de asumir el amor que sienten. "Le ocurre lo que a todos, que muchas veces no somos honestos con nosotros mismos".

Lo más importante en este y otros filmes "es que hablan de personas que se aman indistintamente de si son hombres o mujeres. Los buenos directores y las buenas películas son los que invitan a pensar sobre lo vasto y rico del género humano y nos enseñan lo complejo que es el ser humano", asegura el argentino Leonardo Sbaraglia, actor de Plata quemada, de Piñeyro, y En la ciudad sin límites, de Antonio Hernández. Una opinión que comparte Hernández: "Muchos de los cineastas lo somos en un afán romántico que acerque valores sociales al sentido común". Aunque lo que ocurre con Brokeback, añade, es que es un filme triste "como lo es la realidad social en la que se desenvuelve, y la maravillosa paradoja de la película es que tiene de valiente lo que esa pareja de amantes nunca tuvo".

Una historia sencilla y crítica, definida por Jack Gyllenhaal como "un romance entre dos personas que luchan durante 20 años para entender cómo amarse". Sólo eso, "dos personas que buscan su lugar en el mundo, uno donde puedan quererse sin someterse a ningún juicio".

Cartel de la película <i>Bilitis</i>, de David Hamilton.
Cartel de la película Bilitis, de David Hamilton.
<i>Mi hermosa lavandería</i>, dirigida por Stephen Frears.
Mi hermosa lavandería, dirigida por Stephen Frears.

Filmografía clásica

Algunas películas clave de temática homosexual, según el libro The Queer Movie. Poster Book, de Jenni Olson, y varias webs son:

Cine lésbico: la alemana Maedchen in uniform, de Froelich; Au royaume des cieux, de Duvivier; La calumnia, de Wyler; The killing of sister George,

de Aldrich;

Bilitis, de Hamilton. Entre las cintas de los últimos años Go Fish, de Troche, considerada de referencia; High art, de Cholodenko, Aimée & Jaguar, de Färberböck; la oscarizada Boys dont cry

, de K. Peirce: Monster, de Jenkins; Fucking Amäl, de Moodysson; o la española A mi madre le gustan las mujeres,

de Inés París y Daniela Fejerman.

Cine gay: Glen or Glenda?, de Ed Wood Jr.; Victima, de Dearden, Satyricon, de Fellini; Los chicos de la banda, de Friedkin; La escalera, de Donen; La jaula de las locas, de Molinaro; Su otro amor, de Hiller; Querelle, de Fassbinder; El beso de la mujer araña, de Babenco; Mi hermosa lavandería, de Frears; La ley del deseo, Todo sobre mi madre y La mala educación, de Almodóvar; Amigos para siempre, de N. René; El banquete de boda, de Ang Lee; Las aventuras de Priscila, reina del desierto, de Elliott; Beautiful Thing, de Macdonald; Happy Together, de Wong Kar-Wai; Persiguiendo a Amy, de Smith; In & Out, de Frank Oz; Get Real,

de Shore; Antes que anochezca, de Schnabel; Hamam, el baño turco

y El hada ignorante, de Ozpetek; Hedwig and the angry inch, de Mitchell; Los juncos salvajes, de Téchiné; Mi Idaho privado, de Gus van Sant; Segunda piel,

de Vera; Amigo /Amado, de Pons; Primer verano, de Lifshitz; Salir del armario, de Veber; Plata quemada,

de Piñeyro; Krámpack, de Cesc Gay; Velvet Goldmine, de Haynes; Yossi & Jagger, de Eytan Fox; Amor y muerte en Log Island, de Kwietniowski; Dioses y mostruos, de Condon; Maurice, de J. Ivory; Carrington, de Hampton; El diputado, de Eloy de la Iglesia; Ernesto, de Samperi; Fiesta de despedida, de Kleiser; Vidas al límite, de Holland; Mucho más que amigos, de Hytner y Muerte en Venecia, de Visconti.

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