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Reportaje:

Mujeres con mando a golpe de ley

Las empresas se arriesgan al cierre en Noruega si carecen de un 40% de consejeras

"Tenemos que utilizar todos los recursos humanos de nuestro país. ¡No sólo la mitad!", exclama Karita Bekkemellen, quien desde hace tres meses está al frente de un ministerio de nueva creación en Noruega llamado Ministerio para los Niños y la Igualdad.

El país donde mejor se vive según el termómetro estadístico de las Naciones Unidas, el que se ha permitido declinar, y por dos veces, el ingreso en el club de la Europa comunitaria y uno de los que mayor tajada está sacando del crudo caro al depender su economía de la industria petrolífera, acaba de poner firmes a las empresas en materia de igualdad de género.

Desde el pasado primero de enero, todas las empresas privadas que cotizan en Bolsa deberán contar forzosamente con un 40% de mujeres en sus consejos de administración. "Es importante para la economía del país: para mantener sus posiciones competitivas en los mercados internacionales, las empresas necesitan todo, y no la mitad del talento que poseen. No es una frase, nos lo tomamos en serio", explica Bekkemellen en declaraciones a EL PAÍS.

"La medida es clave para nuestra economía", explica la ministra para los Niños y la Igualdad
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Y tan en serio. Las consecuencias de incumplir la ley alcanzan incluso a la expulsión del registro de empresas del país y a la disolución de la compañía. Las nuevas empresas deben nacer cumpliendo la ley. Las que ya constan en el registro, disponen de un margen de adaptación de dos años.

No es el Gobierno noruego el que decidirá los eventuales cierres, sino un juez. Y, según la oficina Statistics Norway, con datos del pasado verano que no se actualizarán hasta junio próximo, hay mucho por hacer: de las 519 empresas que cotizan, sólo un 13,1% de ellas cumple el requisito, mientras el porcentaje de mujeres en los consejos sólo es del 15,5%.

Pese a todo, la distancia entre la igualdad existente en el mundo empresarial de Noruega en relación a la situación de otros países es importante. En España, suman sólo un 4% las mujeres que se sientan en los consejos de administración de empresas en Bolsa, según un reciente informe de la Fundación de Estudios Financieros. La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega calificó de "impresentable" esta situación, que en el caso de los consejos de las cajas de ahorros, en buena parte debido a su singular composición, mejora a un 15%.

La entrada en vigor de la nueva legislación sobre representación de género convierte a Noruega en el primer país del mundo que exige un equilibrio entre hombres y mujeres en los consejos de administración de las empresas cotizadas. Y, pese a que es el nuevo Gobierno (la alianza entre laboristas, socialistas de izquierda y el Partido del Centro) quien va a pilotar su aplicación, no estamos ante una iniciativa que suscite demasiadas divisiones políticas en el país.

La ley en cuestión fue adoptada por el Parlamento noruego en diciembre de 2003, en tiempos del anterior Ejecutivo de centro-derecha liderado por Kjell Magne Bondevik. La norma apostaba porque las empresas alcanzaran el 40% de forma "voluntaria". Pero, en caso de fracaso -así ha sido-, advertía de que el imperativo legal se impondría a partir del 1 de enero de 2006.

Fue el fruto de un acuerdo del que sólo quedó fuera una formación, el Partido del Progreso, situado más a la derecha que el Conservador y con planteamientos muy restrictivos sobre el intervencionismo estatal y sobre fenómenos como la inmigración.

Bekkemellen confía en que la obligatoriedad "hará que el sector privado empiece a reclutar a mujeres" y augura que la disolución forzosa de empresas que incumplan quedará en "un problema teórico". Cree que la ley "forzará a los hombres que ostentan posiciones de liderazgo a ver que las mujeres también pueden hacer este trabajo y que una mayor diversidad incrementará los resultados empresariales". Los eventuales cierres no están previstos en la ley de género como tal, sino que derivarían de la aplicación de la legislación mercantil del país, que sanciona a las empresas que transgredan cualquier normativa vigente que afecte a la composición de sus consejos de administración, y no sólo por cuestiones de género.

De todos modos, el Ejecutivo del laborista Jens Stoltenberg, con un 48% de mujeres, propondrá una enmienda en el primer semestre del año para otorgarse la potestad legal de impedir la disolución de una empresa "si así lo requieren consideraciones sociales sustanciales". Las empresas públicas cumplen con la ley desde 2004. Ya un año antes, la proporción de mujeres en sus consejos era del 45,7%. Las privadas no cotizadas quedan al margen.

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