La opulencia está en el oeste

Si se mira el mapa de la Comunidad de Madrid, pegados al lado oeste (o izquierdo) de la capital, cinco municipios -Pozuelo de Alarcón, Las Rozas, Majadahonda, Villanueva de la Cañada y Boadilla del Monte (todos ellos gobernados por el PP)- emergen como los más ricos de la región.

Un estudio del Instituto de Estadística regional revela que sus vecinos disponen de mucho más dinero que el resto de los habitantes de la región para vivir. La renta bruta disponible por habitante -variable económica que denomina los ingresos de cada ciudadano antes de pagar impuestos- superó en Pozuelo los 21.000 euros al año de media y los 18.000 en los otros cuatro en 2004.

Estos ingresos son más del triple de los poco más de 6.000 euros que tenían ese año los habitantes de Madarcos, Prádena del Rincón o Brea del Tajo para vivir. Estos tres municipios compiten en los últimos años para dejar de ser los últimos de la región por ingresos de sus habitantes. La renta bruta disponible media de la región se sitúa en los 12.449 euros por habitante.

Las localidades más modestas coinciden con pueblos pequeños y de población envejecida

La Comunidad supera en un 31% a la media española de renta 'per cápita'

Pozuelo de Alarcón y Brea del Tajo se sitúan en los extremos de renta en la región

La Comunidad de Madrid es económicamente una región desarrollada. Supera en un 31% a la media de española de renta per cápita -producto interior bruto dividido por población- y en un 29% a la media de la Unión Europea (UE). Pero también es una región desigual en el reparto de la riqueza. Si el este de la región, Madrid capital y algún municipio de la corona metropolitana norte están al frente de la riqueza nacional, otras zonas de la región se quedan muy atrás en cuanto a la renta disponible de sus habitantes.

La escasez de ingresos se ceba en los tres vértices del triángulo que la Comunidad de Madrid dibuja en los mapas. La sierra norte, la sierra sur y la zona sureste son las zonas menos desarrolladas de la región, formadas mayoritariamente por pueblos pequeños y con la población envejecida. En ellos hay pocas expectativas de trabajo y la población joven debe abandonarlos para buscar un futuro mejor. Con cada joven que se marcha, sin embargo, también se va una porción de la esperanza y la prosperidad del pueblo.

EL PAÍS ha visitado Pozuelo de Alarcón y Brea del Tajo, en los dos extremos de la riqueza regional, para conocer cómo viven sus vecinos y cuáles son los problemas y ventajas que tienen en su vida diaria.