Lula se mantiene al margen
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva -que se encuentra internamente por causa de los escándalos políticos de corrupción en la encrucijada de si lanzarse o no a disputar la reelección en octubre para intentar seguir al frente del país otros cuatro años-, quiere mantener el difícil equilibrio de seguir con sus buenas relaciones con EE UU, por un lado, y con Cuba, Venezuela y Bolivia, por otro, sin adherirse en este caso a la campaña antiimperialista y anti-EE UU de estos tres países.
Esa postura de Lula quedó clara en el reciente encuentro que mantuvo con 60 embajadores en Brasilia, en el que hizo un repaso de su política internacional. La idea que expuso es que Brasil tiene como prioridad su apoyo a la política de América del Sur, sin cerrarse a los países que demuestran mayor conflicto con EE UU. Más aún, la idea de Lula, ya desde el principio de su mandato, fue intentar ser un mediador creíble entre la Casa Blanca y los países rebeldes suramericanos y caribeños. Lula siempre intentó trasladar a Washington que no quería romper con Fidel Castro ni con Hugo Chávez ni, ahora, con Evo Morales, presidente electo de Bolivia, para de alguna forma servir de colchón entre ellos y EE UU. Esta postura es confirmada por Celso Amorim, ministro brasileño de Exteriores, uno de los miembros del Gobierno a quien Lula más escucha. Amorim declaró ayer al diario O Globo: "Brasil es Brasil. No tenemos por qué preocuparnos con esas alianzas. Tenemos una política fuerte con Bolivia y con Venezuela, y excelentes relaciones con EE UU".
El líder brasileño decide no sumarse a la campaña antiimperialista de Chávez, Castro y Morales
De todo ello, los analistas políticos deducen que Castro, Chávez y Morales no pueden contar con Lula para su abierta campaña antiimperialista y antineoliberal a la que llaman eje del bien, en contraposición al eje del mal, que serían EE UU y su presidente, George W. Bush.
Lula continuará pues su política de brazos abiertos a todos. Recibirá a Morales el próximo día 13 e irá a La Paz el 22 para su toma de posesión. Al mismo tiempo, Lula recibirá a Chávez y al presidente argentino, Nestor Kirchner, y tiene la intención de estar presente, también este año, tanto en la reunión de Davos, la de los ricos, como en la del Fórum Social Mundial, la de los pobres, en Caracas. Y es que a Lula siempre le ha gustado jugar a dos cartas, dicen sus amigos más íntimos.
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