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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Tragedia de refugiados

La muerte, tras una brutal carga policial, de 28 sudaneses refugiados e inmigrantes en El Cairo pone de relieve el drama de estos seres humanos que huyeron de sus tierras en guerra y no encuentran cobijo. La tragedia se produjo la víspera de Nochevieja, cuando unos 4.000 policías, con porras y cañones de agua, se abalanzaron contra dos millares de sudaneses que estaban acampando desde el 29 de septiembre en una plaza ante los locales de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Ésta, tras intentos infructuosos de negociación, había renunciado a tramitar sus demandas de asilo para que pudieran trasladarse a EE UU, Canadá o Europa, y pedido a las autoridades egipcias ayuda para desalojar la plaza.

Ante las protestas internacionales por la desproporción de la intervención policial, el Gobierno egipcio ha ordenado abrir una investigación. La policía egipcia, que se había llevado a muchos de los sudaneses a campos de detención, empezó el lunes a soltar a los que tenían los papeles en regla, pero sin medios y a menudo descalzos, y en un país en el que los negros se quejan del racismo de la población egipcia.

El acuerdo alcanzado hace un año entre el Ejecutivo de Jartum y los rebeldes del sur de Sudán puso fin a dos décadas de guerra civil que han causado dos millones de muertos, pero no ha resuelto la situación de cuatro millones de desplazados que se niegan a regresar a su país. Han quedado a la intemperie jurídica y física, pues muchos de ellos no logran que se les reconozca como refugiados al provenir de una zona que ya no está en guerra.

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