El 80% de los dependientes es mayor de 65 años

En España hay 1.350.000 personas dependientes; en mayor o menor grado, necesitan la ayuda de alguien para desarrollar tareas básicas de la vida. Y en 2010 habrá tres millones, según cálculos del Gobierno. El envejecimiento de la población contribuye en gran medida a estas cifras: el 80% de los dependientes es mayor de 65 años. Las mujeres hacen frente a esta situación prácticamente en exclusiva: el 83% de los cuidadores son mujeres, con una edad media de 52 años y sin trabajo remunerado, por lo general, amas de casa. Algunas de ellas cuidan a ancianos y nietos a la vez. Pero con el paso del tiempo y la incorporación de las mujeres al mundo laboral, cada vez hay menos que puedan prestar estos servicios en el seno de la familia.

El Libro Blanco que ha fotografiado esta situación como paso previo para la elaboración de la futura ley de autonomìa personal detalla que sólo el 6,5% de las familias que cuidan a un dependiente cuenta con el apoyo de los servicios sociales. Y sólo el 9,4% de la población mayor de 65 años (7,2 millones, de los que 1,7 millones tienen alguna discapacidad) recibe ayuda pública. Las residencias tienen cabida para 266.560 plazas, pero la mayoría son privadas: 65.560 son públicas. La teleasistencia (alertas desde casa por si hay algún problema) es el recurso que más crece y el más escaso son los centros de día (34.000 plazas).

El gasto en prestaciones sociales es de 4.000 millones de euros al año, la mitad de ellos aportados por las comunidades y los ayuntamientos. Esta cifra deberá crecer hasta 8.500 millones anuales en 2012, según las estimaciones del Ministerio de Trabajo.

Modelos europeos

En Europa hay tres modelos para la asistencia de los dependientes, según cómo se articule la financiación del servicio y las prestaciones que ofrece. En los países nórdicos, el Estado cubre las necesidades de todos los dependientes de igual forma, pero los beneficiarios contribuyen a estos gastos en función de su renta. Es el modelo universal, el que quiere implantar el Gobierno en España. Es un modelo costoso que descarga en los ayuntamientos la responsabilidad del servicio que se presta.

En Centroeuropa el modelo de asistencias se sufraga con cargo a la Seguridad Social mediante las cotizaciones para ello de los trabajadores, que en Alemania, por ejemplo, tienen un seguro público y obligatorio. En Francia, una parte del servicio la paga el usuario, y también se contemplan ayudas para los cuidadores. El Mediterráneo ha optado tradicionalmente por un modelo que ahora está en crisis. El Estado sólo se hace cargo de personas cuyas rentas son escasas.