Algunos de sus escritores favoritos
Un recorrido por la Red permite recuperar declaraciones, frases y referencias del nuevo Premio Cervantes sobre sus preferencias literarias. Tras contar que Dickens y Tolstói fueron sus primeras grandes lecturas, gracias a las inquietudes literarias de su abuela, reconoce: "Cuando comencé a escribir sólo tuve dos influencias muy fuertes: Borges y William Faulkner".
En otras declaraciones, y sobre la pregunta de quienes a su juicio pueden ser considerados ya clásicos, responde: "Los autores que creo serán permanentes, los que ya están pasando la prueba, me parecen: Andrzej Kusniewicz, polaco; Thomas Bernhard, austriaco; Juan José Saer, argentino; Roberto Bolaño, chileno; Saul Bellow, norteamericano; Georges Perec, francés, y Julien Gracq, francés también". Para Pitol, otros autores latinoamericanos que ya han conseguido engrosar las filas de los elegidos son Juan Carlos Onetti, Alejo Carpentier y Juan Rulfo.
En la revista mexicana Letras Libres, Pitol recomendaba a los futuros escritores que leyeran a Stendhal, el ya citado Faulkner o a Virginia Woolf. Lo argumentaba así: "Gracias a esas lecturas y a las muchas que aún le faltan, el futuro escritor podrá concebir una trama tan imposible como la de El mago de Viena, exasperar hasta lo imposible su chabacanería, su vulgar extravagancia, transformar su lenguaje en un palimpsesto de ignorancia y sabiduría, de majadería y exquisitez, hasta lograr un libro absurdamente refinado, una delicia, un relato de culto, un bocado para los happy few, parecido a los J. Rodolfo Wilcock, César Aira, Enrique Vila-Matas, Francisco Hinojosa, Mario Bellatin o Jorge Volpi".
Elogio de la excentricidad
Pitol siempre consideró que la excentricidad, la rareza de algunos escritores eran más una garantía de su calidad que un demérito. Entre sus escritoras "raras" destaca a la norteamericana Eudora Welty. Sobre ella y otros escritores de culto escribió: "Para los participantes de esos minúsculos grupos de entusiastas de Eudora Welty, también los de Ronald Firbank, Ivy Compton-Burnett, Flann O'Brien, del Borges anterior a los cincuenta años, de Giorgio Manganelli o Carlo Emilio Gadda, dispersos por el amplio mundo, encerrados en refinadas torres de marfil o en inclementes estudios de bajo precio, basta que un entusiasta mencione el nombre de alguno de esos ídolos de culto para que otro se convierta en su aliado".
El escritor mexicano no oculta sus preferencias literarias pero tampoco aquello que no valora. En una entrevista realizada en Caracas (Venezuela), lo dejó muy claro: "La literatura light ha existido siempre. Al lado de Dickens, Balzac o Flaubert hubo otros escritores que hacían novelas dulzonas e irreales. Cada generación ha producido estos escritores, cuando yo era joven estaban A. J. Cronin, Vicky Baum y Lin Yu Tang, por ejemplo, quienes se dedicaban a lo suyo con una profesionalidad notable y no sentían competencia de Thomas Mann, de Virginia Woolf o de William Faulkner".
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